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miércoles, 20 de noviembre de 2024
JUAN PABLO I **** EL ÚLTIMO REGALO DE PABLO VI A LA IGLESIA
El año 1978 está marcado para la Iglesia Católica Apostólica y Romana como un año fatídico.Fue el año de la muerte del gran Papa Pablo VI y así mismo el año de la muerte de otro Papa, Juan Pablo I,el cual podría haber sido uno de los mejores Pontífices de la historia de la Iglesia. Dos hombres unidos por el amor a la Iglesia de Cristo,que espiritualmente coincidían en sus deseos de llevarla por el camino de la verdad,por el camino marcado por su fundador Nuestro Señor Jesucristo.
Así se despedía concretamente el Papa Pablo VI de este mundo,demostrando con estas palabras lo mucho que había amado a Cristo y a su Iglesia (Pensamientos sobre la muerte;publicado por en l'Osservatore Romano;1979),con ocasión del primer aniversario de su fallecimiento:
"La hora llega.Desde hace algún tiempo tengo su presentimiento. Más todavía que el cansancio físico, dispuesto a ceder en todo momento,el drama de mi responsabilidad parece sugerir como solución providencial mi éxodo de este mundo,a fin de que la Providencia pueda manifestarse y proporcionar a la Iglesia mejores suertes.La Providencia tiene, indudablemente, muchas formas de intervenir en el juego formidable de las circunstancias que oprimen mi pequeñez;pero el hecho de mi llamada a la otra vida parece obvio,para que entre otro más valioso y no vinculado por las presentes dificultades"
Es evidente que a finales del Pontificado de San Pablo VI,la coyuntura histórica se estaba tiñendo de oscuros presagios para la humanidad. Él mismo lo dejaba muy claro en su Carta- testamentaria;sus palabras rezumaban dolor por no haber podido hacer más de lo que hizó, y fue mucho,por la Iglesia de Cristo, pero también, estaban llenas de esperanza, basándose en su sucesor en la Catedra de San Pedro. ¿Pensaba acaso él que su sucesor podría ser Albino Luciani,su gran admirador? Si fue así, se cumplieron sus expectativas. En efecto, Albino Luciani sería elegido nuevo Papa con el nombre de Juan Pablo I. Éste, sentía en verdad,una gran admiración por el Papa Pablo VI, y por eso cuando él publicó su polémica Carta -Humanae vitae-,donde manifestaba cosas como éstas:
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"En verdad, si es lícito alguna vez tolerar un mal moral menor a fin de evitar un mal mayor o de promover un bien más grande, no es lícito,ni aún por razones gravísimas,hacer el mal para conseguir el bien, es decir,hacer objeto de un acto positivo de la voluntad lo que es intrínsecamente malo,y por lo mismo indigno de la persona humana,aunque con ello se quisiera salvaguardar o promover el bien individual, familiar o social..."
Entre los pocos Obispos y Cardenales que demostraron su admiración a Pablo VI y denunciaron a sus detractores, se encontraba precisamente el que llegaría a ser Papa a la muerte de éste.
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martes, 19 de noviembre de 2024
DIOS QUISO QUE AQUELLO QUE HABÍA REVELADO **** SE CONSERVARA PARA SIEMPRE INTEGRO
Dios quiso que aquello que habia revelado para la salvación de los hombres se conservara siempre integro.No obstante algunos hombres se han olvidado de estos deseos del Señor y como podemos leer en el Catecismo de la Iglesia Católica (nº 67): "Pretenden superar o corregir la Revelación de la que Cristo es la plenitud. Es el caso de ciertas religiones no cristianas y también de ciertas sectas recientes que se fundan en semejantes revelaciones"
En efecto, tal como también se reconoce en el -Documento de la Iglesia -Dei Verbum (DV 4)-: "La economía cristiana,por ser alianza nueva y definitiva nunca pasará;ni hay que esperar otra Revelación pública ante la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo". Igualmente,como seguimos leyendo en el Catecismo de la Iglesia Católica (nº 68/73):"Por amor, Dios se ha revelado, y se ha entregado al hombre.De esta forma da una respuesta definitiva y sobreabundante a las cuestiones que el hombre se plantea sobre el sentido y la finalidad de la vida // Dios se ha revelado plenamenten enviando a su propio Hijo,en quien ha establecido su Alianza para siempre. El Hijo es la Palabra definitiva del Padre,de manera que no habrá ya otra Revelación después de Él"
Ciertamente la palabra de Dios no es como una obra humana que se puede hacer y deshacer a voluntad: No, pero algunos se alienan diciendo que es el Espiritu Santo (Tercera Persona de la Santísima Trinidad y Dios verdadero), el que inspira sus actos y sus palabras, cuestión ésta imposible, porque no puede Dios estar contra Dios (pecado eterno)...Sin embargo,en los últimos tiempos algunos que se dejan llevar de los idearios modernistas quieren incluso cambiar las -Leyes de Dios-, para ajustarlas a las conveniencias del mundo actual...Pero sin embargo, eso es imposible ya que como seguimos leyendo en el Documento de la Iglesia -Dei Verbum (DV 7)-:"Dios quiso que lo que había revelado para la salvación de todos los pueblos se conservara para siempre integro y fuera transmitido a todas las edades" . Además, por tal motivo (DV 7):"Cristo nuestro Señor, mandó a los apostóles predicar a todos los hombres el Evangelio como fuente de toda verdad salvadora y toda norma de conducta, comunicandoles así los bienes divinos: El Evangelio prometido por los profetas,que Él mismo cumplió y promulgo con su voz"
Así fue,Nuestro Señor Jesucristo,durante su ministerio en Galilea,al observar la gran muchedumbre que le seguía, se subió con sus apóstoles a una montaña y desde allí les enseñaba,no para modificar la Ley (dada por Dios a Moisés),sino para perfeccionarla,tanto desde el punto de vista doctrinal como moral. De cualquier forma,el tema fundamental de sus enseñanzas,en el llamado -Sermón de la montaña-, es la -Justicia del Reino de Dios- ; por eso Jesús decía según el Evangelio de San Mateo (Mt 5, 17-20): "No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas;no he venido a abolirla,sino a darle cumplimiento/ Porque, os lo aseguro: mientras existan el cielo y la tierra no dejará de cumplirse una jota o tilde de la Ley/ Por tanto, el que quebrante uno solo de estos preceptos,por mínimo que sea,y enseñe así a los hombres,será tenido por el menor en el reino de los cielos.Pero el que los cumpla y enseñe,ése será grande en el reino de los cielos// Os aseguro,pues,que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos,no entraréis en el reino de los cielos"
Estos versículos del -Sermón de la montaña-, son verdaderamente muy importantes, pues nos vienen a recordar a todos los hombres de todos los tiempos, que Jesucristo ha venido para darle a la -Ley antigua-,una nueva y definitiva forma,no tanto en su materialidad concreta,sino según el espíritu de la Nueva Alianza,cuyo Mandamiento primero y principal es -el amor a Dios y al prójimo-. A partir de aquí,el Señor pasa revista durante su sermón,-uno por uno-, a todos los Mandamientos de la Ley, perfeccionándolos y explicandolos...Todas estas cosas para los modernistas,parece que no tienen vigencia,ahora, en el mundo actual y así,tienen gran interes en modificar,de alguna forma, el 6º Mandamiento de la Ley de Dios, aunque Jesús decía al respecto lo siguiente (Mt 5, 27):" Habéis oído que se dijo: *No cometeras adulterio* / Pero yo os digo: *Todo el que mira a una mujer deseándola ya adulteró con ella en su corazón* . Y más adelante asegura (Mt 5, 31-32):" Se dijo también: *Cualquiera que repudie a su mujer, déle libelo de repudio* / Pero yo os digo: *Todo el que repudie a su mujer,fuera del caso de concubinato, la expone a cometer adulterio,y el que se une con la repudiada comete adulterio* "
Es evidente que son dos las cosas nuevas que enseña Cristo en estos versiculos:1) Que no es licito al marido despedir a la mujer, escepto si ella ha cometido a su vez un previo adulterio;2) Que aún entonces no queda disuelto el vínculo conyugal. Por tanto, este Mandamiento, choca de frente con la Ley de divorcio antigua y con la Ley de divorcio actual. Sí, porque el divorcio ya se practicaba en tiempos de los apóstoles por eso,en cierte ocasión,durante el ministerio de Jesús en Jerusalén,unos fariseos le realizaron esta pregunta para ponerle a prueba (Mt 19, 3-6): *¿Es licito que el hombre repudie a su mujer por cualquier motivo?* / El respondió: *¿No habéis leído que al principio el Creador los hizo varón y hembra/ y que dijo: "Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer,y serán los dos una sola carne?* /De manera que ya no son dos,sino una sola carne.Por tanto, *lo que Dios unió no lo separe el hombre* " Pero los fariseos insatisfechos con la respuesta del Señor, insistieron con esta otra pregunta (Mt 19,7): *¿Porqué,pues,Moisés prescribió dar libelo de divorcio y repudiar?*
El Señor respondio a esta pregunta tendenciosa de los fariseos (Mt 19,8-9): "*Porque Moisés en razón de vuestra dureza de corazón, os consintió repudiar a vuestras mujeres;más desde un principio no ha sido así/ Y os digo que quien repudiase a su mujer, no interviniendo fornicación, y se casare con otra adúltera,y quien se casare con la repudiada adúltera* " Con esta respuesta,el Señor, pone en evidencia dos cosas esencialmente distintas: La disolubilidad del vínculo conyugal y la separación material.La primera la niega en absoluto; la segunda la reprueba también, con una sola excepción:en caso de adulterio.Por otra parte, tal como podemos leer en el Catecismo de la Iglesia Católica (n0 1614 y 1615):" En su predicación,Jesús enseñó sin ambigüedad el sentido original de la unión del hombre y la mujer, tal como el Creador la quiso al comienzo:La autorización,dada por Moisés,de repudiar a su mujer era una concesión a la dureza del corazón;la unión matrimonial del hombre y la mujer es indisoluble:Dios mismo la estableció:*Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre (Mt 19,6)* // Esta insistencia,inequívoca,en la indisolubilidad del vínculo matrimonial pudo causar perplejidad y aparecer como una exigencia irrealizable (Mt 19,10)
Sin embargo,Jesús no impuso a los esposos una carga imposible de llevar y demasiado pesada,más pesada que la ley de Moisés. Viniendo para restablecer el orden inicial de la creación perturbado por el pecado, da la fuerza y la gracia para vivir el matrimonio en la dimensión nueva del Reino de Dios.Siguiendo a Cristo, renunciando a sí mismos,tomando sobre sí sus cruces (Mt 8,34) los esposos podrán comprender el sentido original del matrimonio y vivirlo con ayuda de Cristo. Esta gracia del matrimonio cristianó es fruto de la Cruz de Cristo, fuente de toda la vida cristiana"
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