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EN BUSCA DE LAS OVEJAS PERDIDAS
(7/12/2018)
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DEL VERBO (22/12/2018)
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LOS REYES MAGOS, LLEGADOS DE LEJOS, VISITARON AL NIÑO JESÚS
(3/1/2019)
BIBLIA DE NAVARRA EDICIÓN POPULAR (Ediciones Universidad de Navarra, S.A., Pamplona-España) (EUNSA)
*SALUDO (1, 1-2)
Simón Pedro, siervo y apóstol de
Jesucristo, a cuantos por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les
ha tocado en suerte una fe tan preciosa como la nuestra: / gracia y paz en
abundancia para vosotros, mediante el conocimiento de Dios y de Jesús, Señor
nuestro.
LA FIDELIDAD A LA DOCTRINA
RECIBIDA
*LOS BIENES CONCEDIDOS POR DIOS
(1, 3-4)
Su divino poder nos ha concedido
cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento del que nos
ha llamado por su propia gloria y potestad: / con ello nos ha regalado los
preciosos y más grandes bienes prometidos, para que por éstos lleguéis a ser
partícipes de la naturaleza divina, tras haber escapado de la corrupción que
reina en el mundo a causa de la concupiscencia.
*LAS VIRTUDES CRISTIANAS (1,
5-11)
Por esta razón, debéis poner de
vuestra parte todo esmero en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el
conocimiento, / al conocimiento la templanza, a la templanza, la paciencia, a
la paciencia, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la
caridad. / Porque si tenéis estas virtudes y crecen vigorosamente en vosotros,
no quedaréis inoperantes e infecundos en el conocimiento de nuestro Señor
Jesucristo. / Quien carezca de estas virtudes es tan ciego y miope que no puede
ver, y ha echado en olvido que fue purificado de sus antiguos pecados. / Por
tanto, hermanos, poned el mayor esmero en fortalecer vuestra vocación y
elección. Porque si os comportáis de este modo, no tropezaréis jamás. / Así se
os abrirá de par en par la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo.
*TESTAMENTO ESPIRITUAL (1, 12-15)
Por eso procuraré siempre
recordaros estas cosas, por más que las sepáis y estéis firmes en la verdad que
ya poseéis. / Considero que es mi deber – mientras permanezca en esta tienda –
estimularos con mis exhortaciones, / porque sé que pronto tendré que
abandonarla, según me lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo. / Y procuraré
que incluso después de mi partida podáis recordar estas cosas en todo momento.
*LA TRANSFIGURACIÓN GARANTIZA LA
PARUSÍA (1, 16-18)
Pues os hemos dado a conocer el
poder y la venida futura de nuestro Señor Jesucristo, no siguiendo fábulas
ingeniosas, sino porque hemos sido testigos oculares de su majestad. / En
efecto, él fue honrado y glorificado por Dios Padre, cuando la suprema gloria
le dirigió esta voz: <Éste es mi hijo, el Amado, en quien tengo mis
complacencias>. / Y esta voz venida del cielo la oímos nosotros estando con
él en el monte santo.
*LAS PROFECÍA Y LA PARUSÍA (1,
19-21)
Y tenemos así mejor confirmada la
palabra de los profetas, a los que hacéis bien en prestar atención como a una
lámpara que alumbra en la oscuridad, hasta que alboree el día y el lucero de la
mañana amanezca en vuestros corazones. / Pues ante todo debéis saber que
ninguna profecía de la Escritura depende de la interpretación privada, / porque
nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que, impulsados por
el Espíritu Santo, aquellos hombres hablaron de parte de Dios.
DENUNCIA DE LOS FALSOS MAESTROS
*LOS DAÑOS QUE CAUSAN (2, 1-3)
Así como surgieron falsos
profetas en el pueblo de Israel, también habrá entre vosotros falsos maestros.
Éstos introducirán fraudulentamente herejías perniciosas: negando al Dueño que
los rescató, atraerán sobre ellos mismos una pronta ruina. / Muchos seguirán
sus costumbres licenciosas, y por su causa el camino de la verdad quedará
infamado; / movidos por la codicia, traficarán con vosotros mediante palabras
engañosas. Pero su condenación – anunciada ya desde antiguo – permanece en
vigor, y su ruina está al acecho.
*EL CASTIGO QUE LES ESPERA (2,
4-10)
En efecto: Dios no perdonó a los
ángeles que pecaron, sino que al arrojarles en el infierno los entregó a las
cavernas tenebrosas, donde están guardados para el juicio; / y no perdonó al
mundo antiguo, aunque preservó a Noé – pregonero de la justicia – con otros
siete, cuando desencadenó el diluvio sobre el mundo de los impíos, / y a las
ciudades de Sodoma y Gomorra las condenó a la destrucción, reduciéndolas a
cenizas para escarmiento de lo que habrá de suceder a los impíos; / y libró en
cambio al justo Lot – angustiado por la conducta licenciosa de aquellos hombres
inicuos -; / pues este justo, al vivir entre ellos, sentía atormentada su alma
por las obras inicuas que día tras día veía y oía. / Porque el Señor sabe cómo
librar de la prueba a los piadosos y retener a los impíos para castigarlos en
el día del Juicio, / sobre todo a los que, arrastrados por deseos impuros, van
detrás de la carne y menosprecian la autoridad del Señor.
*SU CONDUCTA ARROGANTE Y LICENCIOSA
(2, 11-19)
Temerarios y arrogantes, no temen
blasfemar contra los seres gloriosos, / mientras que los ángeles – aun siendo
superiores en fuerza y poder – no profieren una sentencia injuriosa contra
ellos en presencia del Señor. / Pero éstos – como bestias irracionales,
destinados por naturaleza para ser capturadas y muertas – blasfeman contra lo
que ignoran, y se corromperán como ellas, / sufriendo el pago por el mal que
hicieron. Consideran una dicha el goce de un día; hombres sucios y corrompidos,
que se deleitan en sus extravíos y se comportan con vosotros como si estuvieran
en banquetes. / Sus ojos están llenos de adulterio y no cesan de pecar; seducen
a las almas débiles y tienen el corazón curtido en la codicia; son hijos de
maldición. / Abandonaron el camino recto y se extraviaron, siguiendo el camino
de Balaán, hijo de Bosor, que amó el pago de la iniquidad, / pero fue
reprendido por su transgresión: un jumento mudo, hablando con voz humana,
impidió la insensatez del profeta. / Estos son fuentes sin agua y nieblas
arrastradas por el huracán, a quienes está reservado el infierno tenebroso. /
Hablando palabras hinchadas de vanidad, y provocando concupiscencias carnales y
licenciosas, seducen a quienes acaban de alejarse de los que viven en el error.
/ ¡Les prometen la libertad, siendo ellos mismos esclavos de la corrupción!, ya
que uno es esclavo de quien le ha vencido.
*GRAVEDAD DE LA APOSTASÍA (2,
20-22)
Porque si después de haber
escapado de las impurezas del mundo por el conocimiento de nuestro Señor
Salvador Jesucristo, se dejan atrapar nuevamente por ellas y son vencidos, sus
postrimerías resultan peores que los principios. / Más les valiera no haber
conocido el camino de la justicia que, después de conocerlo, volverse atrás del
santo precepto que se les entregó. / Se ha cumplido en ellos aquel proverbio
tan acertado: <El perro vuelve a su propio vómito y la cerda lavada a
revolcarse en el fango>
LA PARUSÍA DEL SEÑOR
*DOCTRINA DE LA TRADICIÓN (3,
1-2)
Queridísimos: ésta es ya la segunda
carta que os escribo. Ellas son como un recuerdo con el que procuro despertar
en vosotros el recto criterio, / para que os acordéis de las palabras
anunciadas por medio de los santos profetas, y del precepto del Señor y
Salvador que os transmitieron vuestros apóstoles.
*ERRORES SOBRE LA PARUSÍA (3,
3-4)
Tened en cuenta, ante todo, que
en los últimos días vendrán hombres que se burlan continuamente de todo y que
viven según sus propias concupiscencias, / y que dirán: < ¿Dónde está la
promesa de su venida? Porque desde que los padres murieron, todo continúa como
desde el principio de la creación>.
*DOCTRINA ESCATOLÓGICA (3, 5-10)
Ignoran deliberadamente que en
otro tiempo hubo cielos y tierra. Ésta, por la palabra de Dios, surgió de las
aguas, y quedó asentada en medio de ellas, / y, así, el mundo de entonces
pereció anegado por las aguas. / A su vez, los cielos y la tierra de ahora, por
la misma palabra, están reservados para el fuego y guardados para el día del
Juicio y de la perdición de los impíos. / Pero hay algo, queridísimo, que no
debéis olvidar: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un
día. / No tarda el Señor en cumplir su promesa, como algunos piensan; más bien
tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda, sino que
todos se conviertan. / Pero como un ladrón llegará el día del Señor. Entonces
los cielos se desharán con estrépito, los elementos se disolverán abrasados, y
lo mismo la tierra con lo que hay en ella.
*CONSECUENCIAS MORALES (3, 11-16)
Si todas esas cosas se van a
destruir de ese modo, ¡cuánto más debéis llevar vosotros una conducta santa y
piadosa, / mientras aguardáis y apresuráis la venida del día de Dios, cuando
los cielos se disuelvan ardiendo y los elementos se derritan abrasados! /
Nosotros, según su promesa, esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva, en
los que habita la justicia. / Por lo tanto, queridísimos, a la espera de estos
acontecimientos, esmeraos para que él os encuentre en paz, inmaculados e
intachables, / y considerad que la longanimidad de nuestro Señor es nuestra
salvación. Así os lo escribió también nuestro querido hermano Pablo según la
sabiduría que se le otorgó, / y así lo enseña en todas las cartas en las que
trata estos temas. En ellas hay algunas cosas difíciles de entender, que los
ignorantes y los débiles interpretan torcidamente – lo mismo que las demás
Escrituras – para su propia perdición.
*EXHORTACIÓN FINAL Y DOXOLOGÍA
(3, 17-18)
Por eso, vosotros, queridísimos,
sabiéndolo de antemano, estad alerta, no sea que – arrastrados por el error de
esos disolutos – decaigáis de vuestra firmeza. / Creced en la gracia y en el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él la gloria ahora y
hasta el día de la eternidad. Amén