TRABAJOS PUBLICADOS EN: MRM.MARUS (V)
*JESÚS Y LA VOCACIÓN DE LOS LAICOS
*JESÚS Y EL SEMÓN DE LA MONTAÑA
*JESÚS Y EL DON DE LA FE
SALVADORA
*JESÚS DIJO DEJAD EN PAZ A LOS
NIÑOS
*JESÚS Y SU APÓSTOL SANTIAGO EL
MENOR
*JESÚS DIJO: HOY SE CUMPLE ENTRE
VOSOTROS ESTA ESCRITURA
*JESÚS PREGUNTÓ ¿HABRÁ FE AL
FINAL DE LA FE?
ORACIÓN ANTE LOS TESTIGOS FALSOS
(Salmo 35-34)
(Sagrada Biblia. Versión oficial de la CONFERENCIA EPISCOPAL
ESPAÑOLA Biblioteca de autores cristianos 2010)
De David.
Pelea ,Señor, contra los que me
atacan,
guerrea contra los que me hacen
guerra;
empuña el escudo y la adarga,
levántate y ven en mi auxilio;
blande la lanza y la pica contra
mis perseguidores;
di a mi alma:(yo soy tu
salvación).
Sean confundido y avergonzado
los que atacan contra mi vida;
retrocedan y sean humillados
quienes traman mi derrota;
sean como tamo al viento,
acosados por el ángel del Señor;
sea su camino oscuro y
resbaladizo,
perseguidos por el ángel del
Señor.
Pues sin motivo me escondían
redes,
sin motivo me abrían zanjas
mortales.
¡Que les sorprenda el desastre
imprevisto,
que se enreden en la red que
escondieron,
y caiga dentro de la fosa!
Y yo me alegraré con el Señor,
gozando de su salvación;
todo mi ser proclamará:
<Señor ¿Quién como tú,
que defiendes al débil del
poderoso,
al pobre y humilde del
explotador?>
Se presentaban testigos
violentos:
me acusaban de cosas que ni
sabía,
me pagaban mal por bien
dejándome desamparado.
Yo, en cambio cuando estaban
enfermos,
me vestía de saco,
me mortificaba con ayunos,
y desde dentro repetía mi oración.
Como por un amigo o como por un
hermano,
andaba triste;
cabizbajo y sombrío,
como quien llora a su madre.
Pero, cuando yo tropecé, se
alegraron,
se juntaron contra mí,
y me golpearon por sorpresa;
me laceraban sin cesar.
Cruelmente se burlaban de mí,
rechinando los dientes del odio.
Señor, ¿Cuándo vas a mirarlo?
Defiende mi vida de los que
rugen;
mi único bien de los leones,
y te daré gracias en la gran
asamblea,
te alabaré entre la multitud del
pueblo.
Que no canten victoria
mis enemigos traidores,
que no hagan guiños a mi costa
los que me odian sin razón.
Pues no hablan de paz,
y contra los pacíficos de la
tierra
traman planes siniestros.
Abren sus fauces contra mí y se
ríen:
<Lo han visto nuestros
ojos>
Señor, tú lo has visto, no te
calles;
Señor, no te quedes a la
distancia;
despierta, levántate, Dios mío;
Señor mí, defiende mi causa.
Júzgame según tú justicia,
Señor, Dios mío,
y no se retiran de mí.
No pensarán: < ¡Qué bien! ¡Lo
que queríamos!>
ni dirán:< ¡Lo hemos
devorado!>
Sean avergonzado y confundido a
unas
los que se alegran e mi
desgracia,
cúbranse de vergüenza y de ignominia
quienes se engríen a mi costa.
Canten y se alegren
los que desean mi justicia,
repitan siempre: <Grande es el
Señor,
que desea la paz de sus
ciervos>
Mi lengua anunciará tu justicia,
todos los día te alabará.