TRABAJOS PUBLICADOS EN: MRM.MARUS (IV)
*JESÚS Y EL MIEDO DE LOS HOMBRES
*JESÚS MEDIANTE LA ORACIÓN SALE
AL ENCUENTRO DEL HOMBRE
*JESÚS DIJO TÚ ERES PEDRO Y SOBRE
ESTAS PIEDRAS EDIFICARÉ MI IGLESIA
*JESÚS Y EL PRIMADO DE PEDRO
*JESÚS DIJO: LA PAZ OS DEJO MI
PAZ OS DOY
*JESÚS Y SU VIDA OCULTA EN
NAZARET
*JESÚS DIJO: LAS COSAS QUE SALEN
DE LA BOCA DEL CORAZÓN SALE
(Sagrada Biblia. Versión oficial de
la CONFERENCIAL EPISCOPAL ESPAÑOLA Biblioteca de autores cristianos 2010)
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los
buenos.
Dad gracias al Señor por la
cítara,
tocad en su honor el arpa de diez
cuerdas;
cantad le un cántico nuevo,
acompañando los vítores con
bordones.
Que la palabra del Señor es
sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la
tierra.
La palabra del Señor hizo el
cielo;
el aliento de su boca, sus
ejércitos;
encierra en un odre las aguas
marinas,
mete en un depósito el océano.
Tema al Señor la tierra entera,
tiemblen ante Él los habitantes
del orbe:
porque Él lo dijo y existió;
él lo mandó y todo fue creado.
El señor deshace los planes de
las naciones,
frustra los proyectos de los
pueblos
pero el plan del señor subsiste
por siempre;
los proyectos e su corazón, de
edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el
Señor,
el pueblo que Él se escogió como
heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres.
Desde su morada observa
a todos los habitantes de la
tierra:
el modeló cada corazón,
Y comprende todas sus acciones.
No vence el rey por su gran
ejército,
no escapa el soldado por su mucha
fuerza;
nada valen sus caballos para la
victoria,
ni por su gran ejército se
salvan.
Los ojos del Señor están puestos
en quién le teme,
en los que esperan su
misericordia,
para librar sus vidas de la
muerte
y reanimarlos en tiempos de
hambre.
Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con Él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.
Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
JESÚS DIJO (V)
TRABAJOS PUBLICADOS EN: MRM.MARUS (V)
*JESÚS Y LA VOCACIÓN DE LOS LAICOS
*JESÚS Y EL SEMÓN DE LA MONTAÑA
*JESÚS Y EL DON DE LA FE
SALVADORA
*JESÚS DIJO DEJAD EN PAZ A LOS
NIÑOS
*JESÚS Y SU APÓSTOL SANTIAGO EL
MENOR
*JESÚS DIJO: HOY SE CUMPLE ENTRE
VOSOTROS ESTA ESCRITURA
*JESÚS PREGUNTÓ ¿HABRÁ FE AL
FINAL DE LA FE?
(Sagrada Biblia. Versión oficial de la CONFERENCIA EPISCOPAL
ESPAÑOLA Biblioteca de autores cristianos 2010)
De David.
Pelea ,Señor, contra los que me
atacan,
guerrea contra los que me hacen
guerra;
empuña el escudo y la adarga,
levántate y ven en mi auxilio;
blande la lanza y la pica contra
mis perseguidores;
di a mi alma:(yo soy tu
salvación).
Sean confundido y avergonzado
los que atacan contra mi vida;
retrocedan y sean humillados
quienes traman mi derrota;
sean como tamo al viento,
acosados por el ángel del Señor;
sea su camino oscuro y
resbaladizo,
perseguidos por el ángel del
Señor.
Pues sin motivo me escondían
redes,
sin motivo me abrían zanjas
mortales.
¡Que les sorprenda el desastre
imprevisto,
que se enreden en la red que
escondieron,
y caiga dentro de la fosa!
Y yo me alegraré con el Señor,
gozando de su salvación;
todo mi ser proclamará:
<Señor ¿Quién como tú,
que defiendes al débil del
poderoso,
al pobre y humilde del
explotador?>
Se presentaban testigos
violentos:
me acusaban de cosas que ni
sabía,
me pagaban mal por bien
dejándome desamparado.
Yo, en cambio cuando estaban
enfermos,
me vestía de saco,
me mortificaba con ayunos,
y desde dentro repetía mi oración.
Como por un amigo o como por un
hermano,
andaba triste;
cabizbajo y sombrío,
como quien llora a su madre.
Pero, cuando yo tropecé, se
alegraron,
se juntaron contra mí,
y me golpearon por sorpresa;
me laceraban sin cesar.
Cruelmente se burlaban de mí,
rechinando los dientes del odio.
Señor, ¿Cuándo vas a mirarlo?
Defiende mi vida de los que
rugen;
mi único bien de los leones,
y te daré gracias en la gran
asamblea,
te alabaré entre la multitud del
pueblo.
Que no canten victoria
mis enemigos traidores,
que no hagan guiños a mi costa
los que me odian sin razón.
Pues no hablan de paz,
y contra los pacíficos de la
tierra
traman planes siniestros.
Abren sus fauces contra mí y se
ríen:
<Lo han visto nuestros
ojos>
Señor, tú lo has visto, no te
calles;
Señor, no te quedes a la
distancia;
despierta, levántate, Dios mío;
Señor mí, defiende mi causa.
Júzgame según tú justicia,
Señor, Dios mío,
y no se retiran de mí.
No pensarán: < ¡Qué bien! ¡Lo
que queríamos!>
ni dirán:< ¡Lo hemos
devorado!>
Sean avergonzado y confundido a
unas
los que se alegran e mi
desgracia,
cúbranse de vergüenza y de ignominia
quienes se engríen a mi costa.
Canten y se alegren
los que desean mi justicia,
repitan siempre: <Grande es el
Señor,
que desea la paz de sus
ciervos>
Mi lengua anunciará tu justicia,
todos los día te alabará.
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