*Jesús y el evangelio del apóstol
San Juan (12/11/15)
*Jesús quería que su misión
divina perdurase (26/11/15)
*En el siglo XXI es más necesario
que nunca hablar del signo de Jonás (04/12/15)
*Jesús y el reto de la
evangelización: Siglo VIII (2ª Parte) (14/12/15)
*Natanael: Uno de los doce
apóstoles del Señor (17/12/15)
PREDICACIÓN DE FELIPE (8, 4-8):
“Los que tuvieron que salir
huyendo fueron por todas partes anunciando la palabra / Felipe llegó a la
ciudad de Samaría, y se puso a predicar a Cristo / La gente escuchaba con
atención a Felipe, pues había oído hablar de los milagros que hacía y ahora los
estaban viendo: / De muchos posesos salían los espíritus impuros dando grandes
voces, y muchos paralíticos y cojos quedaban curados / La ciudad se llenó de
alegría”
SIMÓN EL MAGO (8, 9-13):
“Hacía tiempo que venía
practicando la magia en la ciudad un tal Simón que tenía asombrada a la gente
de Samaría, diciendo que él era algo grande / Todos, desde el más chico al más
grande, le seguían y decían: <Este es el poder mismo de Dios, el que llaman
el grande> / Lo seguían porque durante bastante tiempo los había asombrado
con magias / Pero cuando Felipe les habló del reino de Dios y de Jesucristo,
hombres y mujeres creyeron en él y se bautizaron / El mismo Simón creyó y se
bautizó; y ya no se apartaba de Felipe, viendo maravillado los prodigios y
milagros insignes que hacía”
EL ESPÍRITU SANTO (8, 14-17):
“Los apóstoles que estaban en
Jerusalén, al saber que Samaría había recibido la palabra de Dios, les enviaron
a Pedro y a Juan; / llegaron y oraron por los samaritanos, para que recibieran
el Espíritu Santo; / pues aún no había bajado sobre ninguno de ellos, y sólo
habían recibido el bautismo en el nombre de Jesús, el Señor / Entonces les
impusieron las manos, y recibieron el Espíritu Santo”
CONDENACIÓN DE LA SIMONÍA (8,
18-25):
“Simón, al ver que mediante la
imposición de las manos de los apóstoles se confería el Espíritu Santo, les
ofreció dinero, / diciendo: <Dadme también a mí ese poder, para al que le
imponga las manos reciba el Espíritu Santo> / Pedro le dijo: <Al infierno
tú y tu dinero, por haber creído que el don de Dios se compra con dinero / No
tienes parte ni herencia en esto, porque tu corazón no es recto delante de Dios
/ Arrepiéntete de tu maldad y pide al Señor que te perdone, si es posible, el
mal pensamiento que has tenido / pues veo que no tienes buenas intenciones y
estas atrapado en los lazos de la iniquidad> / Simón respondió: <Pedid
vosotros por mí al Señor para que no me suceda nada de lo que acabáis de
decir> / ellos, después de haber dado testimonio y haber predicado la palabra
del Señor, se volvieron a Jerusalén, evangelizando muchas aldeas de los samaritanos>
BAUTISMO DEL ETÍOPE (8, 26-40):
“El ángel del Señor dijo a
Felipe: <Ponte en marcha hacia el sur, por el camino que va de Jerusalén a
Gaza a través del desierto> / Y se puso en marcha. En esto un etíope eunuco,
ministro de Candaces, reina de Etiopia, administrador de todos sus bienes, que
había venido a Jerusalén, / regresaba y, sentado en su carro, leía al profeta
Isaías / El Espíritu dijo a Felipe: <avanza y acércate a ese carro> /
Felipe corrió, oyó que leía al profeta Isaías y dijo: <¿Entiendes lo que
estás leyendo?> / Él respondió: <¿Cómo lo voy a entender si alguien no me
lo explica?> Y rogó a Felipe que subiera y se sentara con él / el pasaje de
la escritura que leía era éste: <Como cordero llevado al matadero, como ante
sus esquiladores una oveja muda y sin abrir la boca / Por ser pobre, no le
hicieron justicia. Nadie podrá hablar de su descendencia, pues fue arrancado de
la tierra de los vivos> / El eunuco dijo a Felipe: <por favor, ¿De quién
dice esto el profeta? ¿De él o de otro?> / Felipe tomó la palabra y
comenzando por este pasaje de la escritura le anunció la buena nueva de Jesús /
continuaron su camino y llegaron a un lugar donde había agua; el eunuco dijo:
<Mira aquí hay agua; ¿Qué impide que
me bautice?> / y mandó detener el carro. Bajaron los dos al agua, Felipe y
el eunuco, y lo bautizó / al salir del agua, el Espíritu del Señor arrebató a
Felipe. El eunuco no lo vio más y continuó su camino muy contento / Felipe se
encontró con que estaba en Azoto, y fue evangelizando todas las ciudades hasta
llegar a Cesarea
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