. ¡YA LLEGA EL SEÑOR! ¡LA NAVIDAD
ESTÁ CERCA! (6/11/18)
.
EL DON DE DIOS Y EL PECADO ETERNO
(12/11/18)
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CONSTRUIR LA PAZ ES DIFICIL PERO VIVIR SIN ELLA ES UN TORMENTO (27/11/18)
.
JESÚS Y LA LUCHA CONSTANTE CONTRA EL MAL
(27/11/18)
. EL TIEMPO DE ADVIENTO:
PREPARACION A LA VENIDA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO (30/11/18)
LA BIBLIA DE NAVARRA EDICIÓN POPULAR (Ediciones Universidad de Navarra S.A. Pamplona-España)
**PRIMERA CARTA DE PEDRO (2ª Parte)
* ACTITUD DE LOS CRISTIANOS ANTE LOS PADECIMIENTOS
¿Y quién podrá haceros daño, si
sois celosos del bien? / De todos modos, si tuvieras que padecer por causa de
la justicia, bienaventurados vosotros: No temáis ante sus intimidaciones, ni os
inquietéis, / sino glorificad a Cristo Señor en vuestros corazones, siempre
dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza; /
pero con mansedumbre y respeto, y teniendo limpia la conciencia, para que
quienes calumnian vuestra buena conducta en Cristo, queden confundidos en
aquellos que os critican. / Porque es mejor padecer por hacer el bien, si ésa
es la voluntad de Dios, que por hacer mal.
-PADECIMIENTOS Y GLORIFICACIÓN DE
CRISTO (3, 18-22)
Porque también Cristo padeció una
vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevaros a
Dios. Fue muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu. / En él se fue a
predicar también a los espíritus cautivos, / en otro tiempo incrédulos, cuando
en tiempos de Noé les esperaba Dios pacientemente, mientras se construía el
arca. En ella, unos pocos – ochos personas – fueron salvados a través del agua.
/ Esto era figura del bautismo, que ahora os salva, no por quitar la suciedad
del cuerpo, sino por pedir firmemente a Dios una conciencia buena, por la
resurrección de Jesucristo, / que, después de haber subido al cielo, está
sentado a la diestra de Dios, con los ángeles, las potestades y las virtudes
sometidos a él.
-EL CRISTIANO HA ROTO CON EL
PECADO (4, 1-6)
Puesto que Cristo padeció en su
carne, armaos también vosotros con esta consideración: quién padeció en la
carne ha roto con el pecado, / para vivir el tiempo que queda de su vida
mortal, no ya según las concupiscencias humanas, sino según la voluntad de
Dios. / Porque ya habéis pasado bastante tiempo obrando como les gusta a los
gentiles, viviendo de manera licenciosa, entre concupiscencias, borracheras,
comilonas, embriagueces y abominables idolatrías. / Por eso se extrañan de que
ya no os precipitáis con ellos en ese libertinaje desenfrenado, y os llenan de
insultos. / Pero tendrán que rendir cuentas al que está ya preparado para
juzgar a vivos y muertos. / Pues para
esto fue anunciado el Evangelio incluso a los muertos, para que, aunque
condenados en su vida corporal según el juicio de los hombres, vivan sin
embargo en el espíritu según el juicio de Dios.
-EXHORTACIÓN A LA CARIDAD (4,
7-11)
El final de todas las cosas está
cerca, sed, por eso, sensatos y sobrios para poder rezar. / Ante todo, mantened
entre vosotros una ferviente caridad, porque la caridad cubre la multitud de
los pecados. / Sed hospitalarios unos con otros, sin quejaros. / Que cada uno
ponga al servicio de los demás el don que ha recibido, como buenos
administradores de la múltiple y variada gracia de Dios. / Si uno toma la
palabra, que sea de verdad, palabra de Dios; si uno ejerce un ministerio,
hágalo en virtud del poder que Dios le otorga, para que en todas las cosas Dios
sea glorificado por Jesucristo. Para él es la gloria y el poder por los siglos
de los siglos. Amén
-SENTIDO CRISTIANO DE LAS
CONTRADICCIONES (4, 12-19)
Queridísimos: no os extrañéis –
como si fuera algo insólito – del incendio que ha prendido entre vosotros para
probaros; / sino alegraos, porque así como participáis en los padecimientos de
Cristo, porque el Espíritu de la gloria, que es el Espíritu de Dios, reposa
sobre vosotros. / Que ninguno de vosotros tenga que sufrir por ser homicida,
ladrón, malhechor o entrometido en lo ajeno; / pero si es por ser cristiano,
que no se avergüence, sino que glorifique a Dios por llevar este nombre. /
Porque ha llegado el momento de que el juicio comience por la casa de Dios; y,
si empieza por nosotros, ¿cuál será el fin de los que creen en el Evangelio de
Dios? / Pues si el justo a duras penas se salva, el impío y el pecador, ¿Dónde
irán a parar? / Por tanto, incluso los que tengan que sufrir de acuerdo con la
voluntad de Dios, que encomienden sus almas al Creador, que es fiel, mediante
la práctica del bien.
-A LOS PRESBÍTEROS (5, 1-4)
A los presbíteros que hay entre
vosotros, yo – presbítero como ellos y, además, testigo de los padecimientos de
Cristo y partícipe de la gloria que va a manifestarse – os exhorto: / apacentad
la grey de Dios que se os ha confiado, gobernando no a la fuerza, sino de buena
gana según Dios; no por mezquino afán de lucro, sino de corazón; no como
tiranos sobre la heredad del Señor, sino haciéndoos modelo de la grey. / Así,
cuando se manifieste el Pastor Supremo, recibiréis la corona de gloria que no
se marchita.
-A TODOS LOS FIELES (5, 5-11)
De la misma forma vosotros, los
jóvenes, estad sujetos a los presbíteros. Y todos, revestíos de humildad en el
trato mutuo, porque Dios resiste a los soberbios y a los humildes da la gracia.
/ Humillaos, por eso, bajo la mano poderosa de Dios, para que a su tiempo os
exalte. / Descargad sobre Él todas vuestras preocupaciones, porque Él cuida de
vosotros. / Sed sobrios y vigilad, porque vuestro adversario, el diablo, como
un león rugiente, ronda buscando a quién devorar. / Resistidle firmes en la fe,
sabiendo que vuestros hermanos dispersos por el mundo soportan los mismos
padecimientos. / Y, después de haber sufrido un poco, el Dios de toda gracia,
que os ha llamado en Cristo a su eterna gloria, os hará idóneos y os consolidará,
os dará fortaleza y estabilidad. / A él el poder por los siglos de los siglos.
Amén.
-DESPEDIDA (5, 12-14)
Por medio de Silvano, a quien
juzgo hermano fiel, os he escrito brevemente, para exhortaros y atestiguaros
que ésta es la verdadera gracia de Dios. Perseverad en ella. / Os saluda la
Iglesia de Babilonia – elegida como vosotros – y, en particular, Marcos, mi
hijo. / Saludaos mutuamente con el beso de la caridad. La paz esté con todos
vosotros que estáis en Cristo.
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