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viernes, 26 de abril de 2024
QUINTO DOMINGO DE PASCUA ***** YO SOY LA VID VERDADERA
El 28 de abril del presente año 2024 la Iglesia Católica celebra el Quinto Domingo de Pascua.Unos días más, y el tiempo pascual habrá concluido. Lejos queda ya el Primer Domingo de este tiempo liturgico que recordaba el Domingo de Pascua de los judíos, Primer día de la semana, cuando las tres Marías se dirigieron al Sepulcro del Señor y encontraron que un ángel había retirado la piedra que cubría el monumento. Cristo había Resucitado y al atardecer de aquel mismo día se presentó en el Cenáculo, en medio de los Apóstoles; y poco antes se había juntado en el camino a los discípulos que iban camino de Jerusalen.La Resurrección de Cristo es *Nuestra Pascua*, nuestra propia resurrección.Si Dios se hizo hombre en Navidad,fue para que nosotros nos hiciéramos participes de los misterios de Pascua y penetrados por esta certidumbre,nos llenaramos de una alegría tal,que necesitaramos tiempo para disfrutarla.Por esta razón el tiempo liturgico de la Pascua se prolonga durante varias semanas,desde el sábado santo hasta el sábado después de Pentecostés.
Durante este tiempo conmemoramos los misterios de la Resurrección del Señor,de su Ascensión y de la Venida del Espíritu Santo.Seguimos por tanto en este -Quinto domingo de Pascua- celebrando jubilosos la grandeza de nuestro Salvador,que durante estos días y siempre va delante de nosotros dandonos ejemplo y fuerzas para seguirle...Precisamente este año el Evangelio de la Santa Misa,en este domingo,nos recuerda la Alegoría o Parábola de la *Vid y los sarmientos*,tal como aparece en el Evangelio de san Juan (Jn 15, 1-18):"Yo soy la vid verdadera,y mi Padre es el labrador/ Todo sarmiento que en mí no lleva fruto lo arranca;todo el que lleva fruto,lo poda,para que lleve fruto más copíoso/ Ya vosotros (sus discípulos)estáis limpios,en virtud de la palabra que os he hablado/Permaneced en mí,y yo en vosotros.Como el sarmiento no puede llevar fruto de sí mismo sino
permaneciere en la cepa,así tampoco vosotros si no permaneciereis en mí/Yo soy la vid, vosotros los sarmientos.Quien permanece en mí y yo en él éste lleva fruto abundante,porque fuera de mí nada podéis hacer/Si alguno no permanece en mí es arrojado fuera como el sarmiento y se seca;y a ésos recógenlos y arrójanlos al fuego y arden/Si permaneciereis en mí,y mis palabras permancieran en vosotros,cuanto quisiereis pedidlo,y lo obtendréis/En esto es glorificado mi Padre,en que llevéis fruto abundante;con esto seréis discípulos mios/Como me amó el Padre,también yo os he amado;permaneced en mi amor/Como yo he guardado los mandamientos de mi Padre,y permanezco en su amor/Estas cosas os he dicho para que mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo sea cumplido"
Desde un punto de vista puramente literario este pasaje de la vida del Señor,que tuvo lugar durante la Ultima Cena,parece una especie de parábola,tal como asegura el Papa Benedicto XVI en su libro -Jesús de Nazaret;Primera parte- (La Esfera de los libros,S.L.,2007):"La parábola de la viña en los Sermones de despedida de Jesús (durante la Última Cena),continúa toda la historia del pensamiento y de la reflexión bíblica sobre la vid,dándole una mayor profundidad (Jn 15,1):*Yo soy la verdadera vid,y mi Padre es el labrador*.En estas palabras es importante sobre todo el adjetivo -verdadero-.Con mucho acierto dice Charles K Barrett:*Fragmentos de significado a los que alude veladamente mediante otras vides,aparecen aquí recogidos y explicados a través de Él.Él es la verdadera vid*.
Pero el elemento esencial y de mayor relieve en esta frase es el *Yo soy*:El Hijo mismo se identifica con la vid,Él mismo se ha convertido en vid.Se ha dejado plantar en la tierra.Ha entrado en la vid:El místerio de la Encarnación,del que el evangelista san Juan habla en su Prólogo,se retorna aquí de una manera sorprendentemente nueva.La vid ya no es una criatura a la que Dios mira con amor,pero no obstante puede también arrancar o rechazar.Él mismo se ha hecho vid en el Hijo,se ha identificado para siempre y ontológicamente con la vid.Esta vid ya nunca podrá ser arrancada,no podrá ser abandonada al pillaje:Pertenece definitivamente a Dios,a través del Hijo mismo vive en ella.La Promesa se ha hecho irrevocable,la unidad indestructible.
Éste es el nuevo y gran paso histórico de Dios,que constituye el significado más profundo de esta parábola:Encarnación,Muerte y Resurrección se manifiestan en toda su magnitud:Cristo Jesús,el Hijo de Dios...no fue primero -Sí- y luego -No-;Él todo se ha convertido en un -Sí-;en Él todas las promesas de Dios han recibido un -Sí-:Así lo expresa san Pablo en su segunda Carta a los Corintios" Se refiere aquí el santo Padre a aquel pasaje de la segunda Carta a los Corintios en el que les habla con toda sinceridad del motivo de la gloria del pueblo cristiano (2 Co 1, 19-24;):
"Porque el Hijo de Dios,Jesucristo,que os ha sido predicado por nosotros,por mí,Silvano y Timoteo,no fue -Sí- y -No-,sino que fue -Sí- en Él/Pues todas las promesas de Dios tienen en Él un -Sí-.Así también por Él decimos -Amén- a Dios,para gloria suya por nosostros/Es Dios quien nos ha fortalecido junto con vosotros en Cristo y quien nos ha ungido/el mismo que nos ha sellado y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones/
Yo invoco a Dios por testigo de mi vida de que no he vuelto a Corinto por consideración hacia vosostros/Porque no pretendemos dominar sobre vuestra fe,sino contribuir a vuestro gozo,ya que os mantenéis firmes en la fe" Observamos en estas última palabras del Apóstol san Pablo su identificación con Cristo y como él sufre la incomprensión de aquellos corintios que se enfrentaban a sus enseñanzas.Sin embargo,todo le parece poco comparado con lo que Cristo tuvo que sufrir por nosotros.Por eso, comprendemos también que bajo la imagen de la -cepa y los sarmientos- de la parábola del Señor,y que en términos paulinos representan el -Cuerpo místico de Cristo-,con los dos elementos esenciales:La mutua inmanencia entre el hombre y Cristo y el influjo capital de Cristo en los hombres,la vid ya no puede ser arrancada,ya no puede ser abandonada al pillaje,hay que purificarla constantemente.Así hablaba el Papa Benedicto XVI de esa purificación (Ibid):
"Purificación:La Iglesia y el individuo siempre necesitan purificarse.Los actos de purificación,tan dolorosos como necesarios,aparecen a lo largo de toda la historia,a lo largo de la vida de los hombres que se han entregado a Cristo.En estas purificaciones está siempre presente el misterio de la Muerte y de la Resurrección.Hay que recordar la autoexaltación del hombre y de las instituciones;todo lo que se ha vuelto demasiado grande debe volver de nuevo a la sencillez y a la pobreza del Señor mismo.Solamente a traves de tales actos de mortificación la fecundidad permanece y se renueva"
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