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miércoles, 15 de mayo de 2024

PENTECOSTÉS NOS HABLA DE ***** UNIÓN, COMPRENSIÓN Y COMUNIÓN HUMANA

Como seguraba el Papa Benedicto XVI un 27 de mayo del año 2012:" Pentecostés es la fiesta de la unión, de la comprensión y de la comunión humana" Tres valores que dificilmente podemos encontrar en los tiempos que corren,donde se han agudizado los problemas que se venían arrastrando desde antiguo para todos los hombres,en todo en mundo...Este gran Pontífice ya lo advertía en aquella ocasión,hace tan sólo doce años...Concretamente se expresaba en los siguientes términos:
"Todos podemos constatar cómo en nuestro mundo,aunque estemos cada vez más cercanos los unos de los otros gracías al desarrollo de los medios de comunicación y las distancias geográficas parecen desaparecer,la comprensión y la comunicación entre las personas a menudo es superficial y difícil.Persisten desequilibrios que con freuencia llevan a aconflictos; el diálogo entre generaciones es cada vez más complicado y a veces prevalece la contraposición; asistimos a sucesos diarios en que nos parece que los hombres se están volviendo más agresivos y huraños;comprenderse parece demasiado arduo y se prefiere buscar el propio yo,y los propios intereses. En esta situación:¿Podemos verdaderamente encontrar y vivir la unidad que tanto necesitamos? "
La respuesta a esta acuciante pregunta del Papa es y sigue siendo -sí-...Ejemplo muy hermoso es la manifestación pública del pueblo a través de las procesiones y desfiles en honor de la Virgen santísima y de su Hijo Nuestro Señor Jesucristo...Benedicto VXI tenía realmente la cosas muy claras en este sentido, pero siempre quería hacernos este tipo de preguntas con objeto de despertar nuestro espíritu de la somnolencia que a veces lo adormece a consecuencia del ambiente general que se vive en nuestras sociedades...Lo que esta de moda en nuestros días es precisamente -pasar de todo- y seguir el ejemplo que marca la sociedad dominante;se ha llegado,en este sentido, a tal punto,que hasta se pretende,por parte de muchos desgraciadamente,reinterpretar las Palabras de Dios (Mandamientos de la Ley de Dios),con la maligna idea de ajustarse a las necesidades y creencias, especialmente en temas de moralidad y buenas costumbres, que invaden el mundo en manos del enemigo común del hombre... Pero como seguia diciendo el Papa Benedicto XVI hace sólo unos pocos años,en su Homilía (Ibid):
"La narración de Pentecostés en el libro de los Hechos de los Apóstoles (de san Lucas),contiene en el fondo uno de los grandes cuadros que encontramos al inicio del Antiguo Testamento:La antigua historia de la construcción de la torre de Babel (Gn 11, 1-9)...Este relato contiene una verdad perenne;lo podemos ver a lo largo de la historia,y también en nuestro mundo...Es verdad que hemos multiplicado las posibilidades de comunicar,de tener informaciones, de transmitir noticias, pero:¿Podemos decir que ha crecido la capacidad de entendernos? ¿No parece insinuarse entre los hombres un sentido de desconfianza ,de sospecha,de temor recíproco,hasta llegar a ser peligrosos los unos para los otros? Volvamos ,por tanto, a la pregunta inicial: ¿Puede haber verdaderamente unidad,concordia?..."
Ciertamente el hombre desde el principio ha sido tozudo (obstinado) y contrario a las disposiciones de su Creador, lo vemos claramente en el caso de la construcción de la llamada -Torre de Babel-;es aquí donde por primera vez se ve el fenómeno cultural de la distinción de lenguas y de la dispersión de los pueblos, por el intento de la humanidad de superar sus limites y de ser como Dios.El proyecto de una torre tan enorme a los ojos de los seres humanos,como insignificante a los del Creador,muestra que no se puede construir el mundo sin contar con Dios y menos aún ir en contra de sus designios..El afan desmesurado de poder y la prepotencia de los hombres los lleva a su propia destrucción.Por eso frente a la torre de Babel de muchas lenguas,lenguas de confusión ,despunta en el horizonte, Pentecostés, de muchas lenguas,lenguas de fuego.Ya no existe confusión porque están guiadas por el Espíritu divino.
San Juan Pablo II en su Homilía del 31 de mayo de 1998,fiesta de Pentecostés, nos decía a este respecto:"-Credo in Spiritum Sanctum et vivificantem- Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida. Con estas palabras el Símbolo constatinopolitano,la Iglesia proclama su fe en el Paráclito;fe que nace de la experiencia de Pentecostés. El pasaje de los Hechos de los Apóstoles,que la liturgia de hoy ha propuesto a nuestra meditación,recuerda efectivamente las maravillosas realidades del día de Pentecostés,cuando Los Apóstoles constataron con gran asombro el cumplimiento de las palabras de Jesús (...).El Espíritu Santo, descendiendo sobre ellos con fuerza extraordinaria, los hizo capaces de anunciar al mundo la enseñanza de Cristo Jesús. Era tan grande la valentía, tan segura la decisión, que estaban dispuestos a todo,incluso a dar la vida. Y será el Consolador, el Paráclito quien los guiará en el anuncio del Evangelio a todos los hombres. El Espíritu les enseñará toda la verdad,tomándola de la riqueza de la Palabra de Cristo, para que ellos, a su vez,la comuniquen a los hombres de Jerusalén y en el resto del mundo"
Por su parte,también su sucesor en la Silla de Pedro,Benedicto XVI, insistía así sobre este importante tema años después (Ibid):"Cuando venga el Espíritu Santo os guiará hasta la verdad plena y os manifestará como debe vivir la Iglesia...,para ser lugar de la unidad,de la comunión en la Verdad.El Espíritu Santo nos dice que actuar como cristianos significa no estar encerrados en el propio yo,sino orientarse hacia el todo; esto significa acoger en nosotros mismos a toda la Iglesia o mejor dicho, dejar interiormente que ella nos acoja.Entonces cuando yo hablo como cristianó,no lo hago encerrando en mi yo,sino que lo hago siempre en el todo,a partir de todo:Así, el Espíritu Santo, Espíritu de la unidad y de la Verdad,puede seguir resonando en el corazón y en la mente de los hombres, impulsandolos a encontrarse a aceptarse mutuamente.
El Espíritu por el hecho de que actúa así precisamente, nos introduce en toda la Verdad,que es Jesús;nos guía a profundizar en ella,a comprenderla:Nosotros no crecemos en el conocimiento encerrándonos en nuestro yo,sino sólo volviéndonos capaces de escuchar y compartir, sólo en el nosotros de la Iglesia, con una profunda humildad interior (...) .Donde los hombres quieren ocupar el lugar de Dios,sólo pueden ponerse los unos contra los otros. En cambio, donde se situan en la Verdad del Señor, se abre la acción de su Espíritu, que los sostiene y los une"

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