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domingo, 22 de noviembre de 2015

TRABAJOS PUBLICADOS EN: MRM.MARUS (XV)


 
 
 
 





-Jesús y el día del Señor (Día de gracia y de descanso)

 

 

-Los signos del Señor y el Evangelio de San Juan 1ªParte

 

 

-La misericordia de Dios, su preocupación frente a las fuerzas del mal

 

 

-La misericordia divina manifestada en Cristo

 

 

-La familia cristiana, comunidad, comunidad creyente y evangelizadora

 

 

-Algunos laicos evangelizamos: ¿Y tú? ¿Qué vas a hacer?

 

 
(La Biblia Ed. Popular. La casa de la Biblia 1993. Traducción aprobada por la Conferencia Episcopal Española)

 

 

DISCURSO DE PEDRO (Hch 3,12-26)

 

-Israelitas, ¿Por qué os admiráis de este suceso? (Curación de un paralítico) ¿Por qué nos miráis como si nosotros lo hubiésemos hecho andar por nuestro propio poder o virtud?

 

-El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha manifestado la gloria de su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilatos, que pensaba ponerlo en libertad.

 

-Vosotros rechazasteis al Santo y al Justo; pedisteis que se indultara a un asesino

 

-y  matasteis al salvador de la vida. Pero Dios lo ha resucitado de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello.

 

-Pues bien, por creer en Jesús se le han fortalecido las piernas a este hombre a quién veis y conocéis; la fe en Jesús lo ha curado totalmente en presencia de todos vosotros.

 

-Ya se, hermanos, que lo hicisteis por ignorancia, igual que vuestros jefes.

 

-Pero Dios cumplió así lo que había anunciado con los profetas; que su Mesías tenía que padecer.

 

-Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados.

 

-Llegarán así tiempos de consuelo de parte del Señor, que os enviará de nuevo a Jesús, el Mesías que os estaba destinado.

 

-El cielo debe retenerlo hasta que lleguen los tiempos en que todo sea restaurado, como anunció Dios por boca de los santos profetas en el pasado.

 

-Moisés, en efecto, dijo: El Señor Dios vuestro os suscitará entre vuestros hermanos un profeta como yo; escuchad todo lo que os diga;

 

-Y el que no escuche a este profeta será excluido del pueblo.

 

-Todos los profetas, de Samuel en adelante, anunciaron estos días.

 

-Vosotros sois los descendientes de los profetas y de la Alianza que Dios estableció con vuestros antepasados, diciendo a Abrahán: A través de tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra.

 

-Por vosotros, en primer término, Dios ha suscitado a sus siervos y os lo ha enviado como bendición, para que cada uno se convierta de sus maldades.

 

Después de este sincero y bello discurso del Apóstol  San Pedro recogido en el libro de <Los Hechos de los Apóstoles> de San Lucas, este evangelista nos narra la persecución a la que fueron sometidos los Apóstoles San Pedro y San Juan, cuando ambos iban juntos para llevar a cabo la evangelización de las gentes, tal como Jesús les había pedido (Hch 4,1-21):

 

-Mientras que Pedro y Juan hablaban a la gente, se presentaron los sacerdotes, el jefe de la guardia del templo y los saduceos.

-Estaban molestos porque enseñaban al pueblo y anunciaban que la resurrección de los muertos se había realizado ya en Jesús

-Los prendieron y los encarcelaron hasta el día siguiente, pues era ya tarde.

-Pero muchos de los que habían oído el discurso creyeron, y el número de hombres llegó a unos  cinco mil.

 

 

 

 

 

 

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