DIOS PADRE NOS PREDESTINO **** A SER SUS HIJOS ADOPTIVOS POR JESUCRISTO

San Pablo escribió su Carta a los Efesios desde la cautividad como una llamada a la universalidad sobre la base de que Jesucristo es la -Cabeza- de su Iglesia y por eso es santa y universal. Efeso por entonces era una ciudad prospera que se encontraba en la zona de Frigia y la comunidad cristiana allí presente estaba constituida fundamentalmente por personas procedentes de la gentilidad y la Iglesia era el lugar en el que todas eran acogidas,formando parte del mismo -Cuerpo- cuya -Cabeza- es Jesús tal como san Pablo pone de manifiesto en su Carta(Ef 1,3-8):"Bendito sea Dios,Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos/ya que Él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia por el amor/nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al benéplacito de su voluntad/para alabanza y gloria de su gracia,con la cual nos hizo gratos en el Amado/en quien,mediante su sangre,tenemos la redención, el perdón de los pecados,según las riquezas de su gracia/que derramó sobre nosotros sobreabundantemente con toda sabiduría y prudencia" El Papa san Juan Pablo II,en su Audiencia General del 3 de marzo del año 1999,nos hablaba a este respecto en los términos siguientes:"-Bendito sea Dios,Padre de nuestro Señor Jesucristo- Estas palabras de san Pablo nos introducen muy bien en la gran novedad del conocimiento del Padre,tal como se desprende del Nuevo Testamento.Aquí Dios se muestra con su rostro trinitario.Su paternidad ya no se limita a indicar la relación con las criaturas,sino que expresa la relación fundamental que caracteriza su vida íntima;ya no es un rasgo genético de Dios,sino una propiedad de la primera Persona de Dios.Efectivamente,en su ministerio trinitario,Dios es Padre por esencia,Padre desde siempre,en cuanto que desde la eternidad engendra al -Verbo - consubstancial con Él y unido a Él en el Espíritu Santo,-que procede del Padre y del Hijo-.Con su Encarnación redentora,el Verbo se hace solidario con nosotros precisamente para introducirnos en esa vida filial que Él posee desde la eternidad..."