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miércoles, 27 de mayo de 2015

JESÚS DIJO XI


TRABAJOS PUBLICADOS EN: MRM.MARUS (XI)

 

 

*JESÚS Y SU VIDA OCULTA EN NAZARET

 

 *JESÚS DIJO: LA PAZ OS DEJO MI PAZ OS DOY

 

 *JESÚS Y EL PRIMADO DE PEDRO

 

 *JESÚS DIJO: TÚ ERES PEDRO Y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARÉ MI IGLESIA

 

 *JESÚS MEDIANTE LA ORACIÓN SALE AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

 

 *JESÚS Y EL MIEDO DE LOS HOMBRES (I)

 

 *JESÚS Y SU IGLESIA PRESENTE EN SU MISTERIO

 

 

 

 DIOS, TRIUNFADOR SOBRE LOS MALVADOS <SALMO 9 (10)>

 

La Santa Biblia. Traducida de los textos originales en equipo bajo la dirección de Dr. Evaristo Nieto.Ed. San Pablo (Madrid)

 

 

1/ Al maestro de coro. Para oboe y arpa. Salmo de David.

 

2/ Te doy gracias, Señor, de todo corazón,

quiero cantar tus maravillas;

 

3/ quiero alegrarme y recrearme en ti,

ensalza tu nombre, oh Dios altísimo.

 

4/ Mientras mis enemigos retroceden,

flaquean y caen ante ti;

 

5/ tú has defendido mi derecho y me has hecho justicia,

sentado en el tribunal, cómo juez justo.

 

6/ Has vencido a las gentes, destruido al malvado,

has borrado sus nombres para siempre;

 

7/ acabó el enemigo en ruina eterna,

has destruido sus ciudades, se perdió su recuerdo.

 

8/ Pero el Señor reina eternamente,

y tiene preparado su trono para el juicio;

9/ juzga al mundo con justicia,

Dicta sentencia a las naciones.

 

10/ El Señor es refugio para los oprimidos,

su refugio en los tiempos de la angustia.

 

11/ En ti esperan los que saben tu nombre,

Pues no abandonas, Señor, a quién te busca.

 

12/ Cantad al Señor, que mora en Sión,

publicad por los pueblos sus hazañas:

 

13/ Él, vengador de la sangre, se acuerda de ellos,

no olvida el grito de los oprimidos.

 

14/ Piedad, Señor, mira cómo me aplasta mi enemigo,

sácame de las puertas de la muerte,

 

15/ para que pueda cantar tus alabanzas,

a las puertas de Sión, gozoso porque me has salvado.

 

16/ Los paganos cayeron en su propia trampa,

su pie quedó prendido en la red que tramaron,

 

17/ El Señor se ha dado a conocer, ha hecho justicia,

ha enredado al malvado en la obra de sus manos.

 

18/ Retornen los malvados al abismo,

y todas las naciones que se olvidan de Dios.

 

19/ Que no por siempre estará el pobre en el olvido,

no se pierde por siempre la esperanza del mísero.

 

20/ Levántate, Señor, que el hombre no se engría,

sean las gentes juzgadas ante ti;

 

21/ Señor, infúndeles terror,

y aprendan los hombres que son seres mortales.

1/¿Por qué te quedas lejos, Señor,

y te escondes en los tiempos de la angustia?

 

2/Con su orgullo el criminal al infeliz oprime;

¡quede preso en la redada que le ha urdido!

 

3/El malvado se jacta de sus propios planes,

el avaro blasfema, desprecia al Señor;

 

4/El malvado dice  con arrogancia:

<¡No hay Dios!>, es todo lo que piensa.

 

5/Su proceder prospera en todo tiempo,

tus sentencias quedan muy lejos para él,

se burla de todos sus rivales;

 

6/dice en su corazón: <Yo no vacilo,

seré siempre feliz, nunca en desgracias>.

 

7/Su boca está siempre llena de violencia y fraude,

bajo su lengua sólo hay vejación y mentira;

 

8/se aposta al acecho junto a los poblados,

a escondidas mata al inocente.

 

9/con sus ojos espía al desdichado;

escondido como un león en su guarida,

al acecho para atrapar al miserable,

lo atrapa enredándole en sus redes;

 

10/se agazapa y se esconde,

el desvalido cae en sus garras.

11/Dice en sus corazón: <Dios se ha olvidado,

ha escondido  su rostro, nada verá jamás>

 

12/Levántate, Señor, alza tu mano;

oh Dios, no te olvides del pobre.

 

13/¿Por qué el malvado desprecia a Dios

pensando que no le pedirá cuentas?

 

14/Pero tú ves la pena y los lamentos,

tú los miras y los tomas en tus manos;

el desvalido se confía a ti,

tú eres el refugio del huérfano.

 

15/Quiebra el bazo del criminal y del malvado,

castiga su crueldad, no quede rastro.

 

16/El Señor es rey por siempre, por los siglos;

los paganos serán barridos de su tierra.

 

17/Tu escuchas, Señor, el deseo de los pobres;

su corazón confortas, les tiendes tus oídos,

 

18/para hacer justicia al huérfano, al vejado;

que el hombre, nacido de la tierra, no infunda más terror

 

 

 

 

 

  

 

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