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martes, 31 de enero de 2023
MARÍA NOS INVITA A CONOCER LA PALABRA DE DIOS **** ES MAESTRA DE LA ORACIÓN
Como diría en su día el Papa Benedicto XVI,la Virgen María ha guiado siempre a la Iglesia en el camino hacía Dios,nos ha invitado a conocer su Palabra y por eso es Maestra de la Oración.Recordemos en este sentido,la alabanza que la Virgen entonó cuando Isabel la recibió y le agradeció su visita con estas palabras (Lc 1,42):"Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre"
Entonces María contestó (Lc 1, 46-55):"Engrandece mi alma al Señor/y se regocija mi espíritu en Dios,mi Salvador/porque puso sus ojos en la bajeza de su esclava.Pues he aquí que desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones/porque hizo en mi favor grandes cosas el Poderoso,y cuyo nombre es -Santo-/(...)/Tomó bajo su amparo a Israel,su siervo,para acordarse de la misericordia/como lo había anunciado a nuestros padres,a favor de Abrahán y su linaje para siempre"
El Papa Benedigto XVI recordando la oración de María se expresaba en los términos siguientes (Los Caminos de la vida interior;Ed.Chronica S.L.;20011):"María canta el gran Himno de alabanza (Magníficat) que ella entonó cuando Isabel la llamó bienaventurada a casusa de su fe.Es una oración de acción de gracias,de alegría en Dios,de bendición por sus grandes hazañas.El tenor(contenido) de este Himno es claro desde sus primeras palabras:-Proclama mi alma la grandeza del Señor-.Proclamar la grandeza del Señor significa darle espacio en el mundo,en nuestra vida,permitirle entrar en nuestro tiempo y nuestro obrar:Ésta,es la esencia más profunda de la verdadera oración.Donde se proclama la grandezade Dios,el hombre no queda empequeñecido:Allí también el hombre queda engrandecido y el mundo resulta luminiso...La poesía de María,el Magníficat,es totalmente original;sin embargo,al mismo tiempo,el un -tejido-,hecho completamente con -hilos del Antiguo Testamento-,hecho de -Palabras de Dios-"
La Virgen María al decir su oración estaba verdaderamente toda ella llena de la Palabra de Dios,llevaba en su seno la Palabra de Dios,al Hijo de Dios vivo,que nos invita a todos los hombre a conocerle,a vivir con Él...Por todo esto y algo más,María es -Maestra de la Oración-,es una mujer orante,tal como podemos comprobar al leer Nuevo Testameto y como seguia diciendo el Papa Benedicto XVI (Ibid):
"María guia a la Iglesia naciente en la oración,es casi la Iglesia orante en persona.Y así,juntamente con la gran comunidad de los santos y como centro,está también ante Dios intercediendo por nosotros,pidiendo a su Hijo que envié su Espíritu una vez más a la Iglesia y al mundo,y que renueve la faz de la tierra...En efecto,en las bodas de Caná es una Madre que pide,que intercede.Conviene profundizar un poco por este pasaje del Evangelio,para entender mejor a Jesús y a María,y para apreder de María el modo correcto de orar.María propiamente no hace una petición a Jesús,simplemente le dice: -No tienen vino- (Jn 2,3).Las bodas en la Tierra Santa se celebran durante una semana entera;todo el pueblo participa y,por consiguiente,se consumía mucho vino.Los esposos se encontraban en dificultades y María simplemente se lo dice a Jesús.No le pide nada en particular,y mucho menos,que Jesús utilice su poder,que realice un milagro produciendo vino.Simplemente informa a Jesús y le deja decir lo que conviene hacer.
En las sencillas palabras de la Madre se Jesús podemos apreciar dos cosas:por una parte,su afectuosa solicitud por los hombres,la atención maternal que la lleva a percibir los problemas de los demás.Vemos su cordial bondad y su disponibilidad a ayudar...Por eso,a ella confiamos nuestras preocupaciones,nuestras necesidades y nuestras dificultades.Pero además de este primer aspecto,que a todos nos resulta familiar,hay otro,que podría pasarnos fácilmente desapercibido:María lo deja todo a juicio de Dios.En Nazaret,entregó su voluntad,sumergiéndola en la de Dios: -He aquí la esclava del Señor; hagase en mí según tu palabra- (Lc 1,38). Esta sigue siendo su actitud fundamental.Así nos enseña a orar:No querer afirmar ante Dios nuestra voluntad y nuestros deseos,por muy importantes o razonables que nos parezcan,sin presentarselos a Él y dejar que Él decida lo que quiere hacer.De María aprendemos la bondad y la disponiblidad a yudar,pero también la humildad y la generosidad para aceptar la voluntad de Dios,confiando en Él,convencidos de que su respuesta,sea cual sea,será la mejor para nosotros"
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