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domingo, 22 de noviembre de 2020
JESUCRISTO: REY DEL UNIVERSO
En el último domingo del año litúrgico la Iglesia celebra la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, con este motivo el Papa
Benedicto XVI en el Ángelus del 22 de noviembre de 2009 se expresaba en los términos siguientes:""El título de -Rey- referido a Jesús
es muy importante en los Evangelios y permite dar una lectura completa de su figura y de su misión de salvación.Se puede observar
una progresión al respecto:se parte de la expresión -rey de Israel- y se llega a la de -Rey universal-, Señor del Cosmos y de la
historia;por tanto,mucho más allá de las expectativas del pueblo judío.En el centro de este itinerario de revelación de la realeza
de Jesucristo está, una vez más, el misterio de su muerte y resurrección.Cuando crucificaron a Jesús,los sacerdotes,los escribas
y los ancianos se burlaban de Él diciendo:"Es el rey de Israel:que baje ahora de la cruz y creeremos en él".En realidad,precisamente
porque era el Hijo de Dios,Jesús se entregó libremente a su Pasión,y la Cruz es el signo paradójico de su realeza, que consiste
en la voluntad de amor de Dios Padre por encima de la desobediencia del pecado.Precisamente ofreciéndose a sí mismo en el sacrificio
de la expiación Jesús se convierte en el Rey del universo,como declarará él mismo al aparecerse a los Apóstoles después de la
resurrección:"Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra" Pero,¿en que consiste el "poder" de Jesucristo Rey? No es
el poder de los reyes y de los grandes del mundo;es el poder divino de dar la vida eterna,de librar del mal,de vencer el dominio
de la muerte.Es el poder del Amor,que sabe sacar el bien del mal,ablandar un corazón endurecido,llevar la paz al conflicto mas
violento,encender la esperanza en la oscuridad más densa.Este Reino de la gracia nunca se impone y siempre respeta nuestra libertad
.Cristo vino "para dar testimonio de la verdad" (Jn 18,37)-como declaró ante Pilato-:quien acoge su testimonio se pone bajo su
"bandera",según imagen que le gustaba a san Ignacio de Loyola.Por lo tanto,es necesario -esto sí-que cada conciencia elija: ¿
a quién quiero seguir? ¿A Dios o al maligno? ¿A la verdad o a la mentira? Elegir a Cristo no garantiza el éxito según los criterios
del mundo,pero asegura la paz y la alegría que sólo Él puede dar.Lo demuestra,en todas las épocas,la experiencia de muchos hombres
y mujeres que, en nombre de Cristo,en nombre de la verdad y de la justicia, han sabido oponerse a los halagos de los poderes
terrenos con sus diversas máscaras,hasta sellar su fidelidad con el martirio.Queridos hermanos y hermanas,cuando el ángel san
Gabriel llevó el anuncio a María, le predijo que su Hijo heredaría el trono de David y reinaría para siempre.Y la Virgen santísima
creyó antes de darlo al mundo.Sin duda se preguntó qué nuevo tipo de realeza sería la de Jesús, y lo compredió escuchando sus
palabras y sobre todo participando íntimamente en el misterio de su muerte en la Cruz y de su Resurrección.Pidamos a María que
que nos ayude también a nosotros a seguir a Jesús,nuestro Rey, como hizo Ella, y a dar testimonio de Él con toda nuestra
existencia"" AMEN
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