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lunes, 21 de octubre de 2019

JESÚS DIJO (XLI): TRABAJOS PUBLICADOS POR MRM.MARUS




 
 





. JESÚS DIJO (XXXIV): TRABAJOS PUBLICADOS POR MRM.MARUS (6/12/2018)

 

. JESÚS ES EL BUEN PASTOR QUE VA EN BUSCA DE LAS OVEJAS PERDIDAS  (7/12/2018)

 

. JESÚS DIJO (XXXV): TRABAJOS PUBLICADOS POR MRM.MARUS (19/12/2018)

 

. TIEMPO DE NAVIDAD: LA VENIDA DEL VERBO (22/12/2018)

 

.  EL MISTERIO DE LA ENCARNACION Y LA FE CRISTIANA (29/12/2018)

 

.  LOS REYES MAGOS, LLEGADOS DE LEJOS, VISITARON AL NIÑO JESÚS (3/1/2019)  

 

 

 

BIBLIA DE NAVARRA EDICIÓN POPULAR (Ediciones Universidad de Navarra, S.A.,  Pamplona-España) (EUNSA)

 

 

 
SEGUNDA CARTA DE SAN PEDRO

 

*SALUDO (1, 1-2)

 

Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a cuantos por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha tocado en suerte una fe tan preciosa como la nuestra: / gracia y paz en abundancia para vosotros, mediante el conocimiento de Dios y de Jesús, Señor nuestro.

 

LA FIDELIDAD A LA DOCTRINA RECIBIDA

 

 

*LOS BIENES CONCEDIDOS POR DIOS (1, 3-4)

 

Su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento del que nos ha llamado por su propia gloria y potestad: / con ello nos ha regalado los preciosos y más grandes bienes prometidos, para que por éstos lleguéis a ser partícipes de la naturaleza divina, tras haber escapado de la corrupción que reina en el mundo a causa de la concupiscencia.

 

*LAS VIRTUDES CRISTIANAS (1, 5-11)

 

Por esta razón, debéis poner de vuestra parte todo esmero en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, / al conocimiento la templanza, a la templanza, la paciencia, a la paciencia, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad. / Porque si tenéis estas virtudes y crecen vigorosamente en vosotros, no quedaréis inoperantes e infecundos en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. / Quien carezca de estas virtudes es tan ciego y miope que no puede ver, y ha echado en olvido que fue purificado de sus antiguos pecados. / Por tanto, hermanos, poned el mayor esmero en fortalecer vuestra vocación y elección. Porque si os comportáis de este modo, no tropezaréis jamás. / Así se os abrirá de par en par la entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

 

*TESTAMENTO ESPIRITUAL (1, 12-15)

 

Por eso procuraré siempre recordaros estas cosas, por más que las sepáis y estéis firmes en la verdad que ya poseéis. / Considero que es mi deber – mientras permanezca en esta tienda – estimularos con mis exhortaciones, / porque sé que pronto tendré que abandonarla, según me lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo. / Y procuraré que incluso después de mi partida podáis recordar estas cosas en todo momento.

 

*LA TRANSFIGURACIÓN GARANTIZA LA PARUSÍA (1, 16-18)

 

Pues os hemos dado a conocer el poder y la venida futura de nuestro Señor Jesucristo, no siguiendo fábulas ingeniosas, sino porque hemos sido testigos oculares de su majestad. / En efecto, él fue honrado y glorificado por Dios Padre, cuando la suprema gloria le dirigió esta voz: <Éste es mi hijo, el Amado, en quien tengo mis complacencias>. / Y esta voz venida del cielo la oímos nosotros estando con él en el monte santo.

 

*LAS PROFECÍA Y LA PARUSÍA (1, 19-21)

 

Y tenemos así mejor confirmada la palabra de los profetas, a los que hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que alumbra en la oscuridad, hasta que alboree el día y el lucero de la mañana amanezca en vuestros corazones. / Pues ante todo debéis saber que ninguna profecía de la Escritura depende de la interpretación privada, / porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que, impulsados por el Espíritu Santo, aquellos hombres hablaron de parte de Dios.

 

 

DENUNCIA DE LOS FALSOS  MAESTROS

 

 

*LOS DAÑOS QUE CAUSAN (2, 1-3)

 

Así como surgieron falsos profetas en el pueblo de Israel, también habrá entre vosotros falsos maestros. Éstos introducirán fraudulentamente herejías perniciosas: negando al Dueño que los rescató, atraerán sobre ellos mismos una pronta ruina. / Muchos seguirán sus costumbres licenciosas, y por su causa el camino de la verdad quedará infamado; / movidos por la codicia, traficarán con vosotros mediante palabras engañosas. Pero su condenación – anunciada ya desde antiguo – permanece en vigor, y su ruina está al acecho.

 

*EL CASTIGO QUE LES ESPERA (2, 4-10)

 

En efecto: Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que al arrojarles en el infierno los entregó a las cavernas tenebrosas, donde están guardados para el juicio; / y no perdonó al mundo antiguo, aunque preservó a Noé – pregonero de la justicia – con otros siete, cuando desencadenó el diluvio sobre el mundo de los impíos, / y a las ciudades de Sodoma y Gomorra las condenó a la destrucción, reduciéndolas a cenizas para escarmiento de lo que habrá de suceder a los impíos; / y libró en cambio al justo Lot – angustiado por la conducta licenciosa de aquellos hombres inicuos -; / pues este justo, al vivir entre ellos, sentía atormentada su alma por las obras inicuas que día tras día veía y oía. / Porque el Señor sabe cómo librar de la prueba a los piadosos y retener a los impíos para castigarlos en el día del Juicio, / sobre todo a los que, arrastrados por deseos impuros, van detrás de la carne y menosprecian la autoridad del Señor.

 

*SU CONDUCTA ARROGANTE Y LICENCIOSA (2, 11-19)

 

Temerarios y arrogantes, no temen blasfemar contra los seres gloriosos, / mientras que los ángeles – aun siendo superiores en fuerza y poder – no profieren una sentencia injuriosa contra ellos en presencia del Señor. / Pero éstos – como bestias irracionales, destinados por naturaleza para ser capturadas y muertas – blasfeman contra lo que ignoran, y se corromperán como ellas, / sufriendo el pago por el mal que hicieron. Consideran una dicha el goce de un día; hombres sucios y corrompidos, que se deleitan en sus extravíos y se comportan con vosotros como si estuvieran en banquetes. / Sus ojos están llenos de adulterio y no cesan de pecar; seducen a las almas débiles y tienen el corazón curtido en la codicia; son hijos de maldición. / Abandonaron el camino recto y se extraviaron, siguiendo el camino de Balaán, hijo de Bosor, que amó el pago de la iniquidad, / pero fue reprendido por su transgresión: un jumento mudo, hablando con voz humana, impidió la insensatez del profeta. / Estos son fuentes sin agua y nieblas arrastradas por el huracán, a quienes está reservado el infierno tenebroso. / Hablando palabras hinchadas de vanidad, y provocando concupiscencias carnales y licenciosas, seducen a quienes acaban de alejarse de los que viven en el error. / ¡Les prometen la libertad, siendo ellos mismos esclavos de la corrupción!, ya que uno es esclavo de quien le ha vencido.

 

*GRAVEDAD DE LA APOSTASÍA (2, 20-22)

 

Porque si después de haber escapado de las impurezas del mundo por el conocimiento de nuestro Señor Salvador Jesucristo, se dejan atrapar nuevamente por ellas y son vencidos, sus postrimerías resultan peores que los principios. / Más les valiera no haber conocido el camino de la justicia que, después de conocerlo, volverse atrás del santo precepto que se les entregó. / Se ha cumplido en ellos aquel proverbio tan acertado: <El perro vuelve a su propio vómito y la cerda lavada a revolcarse en el fango>

 

 

LA PARUSÍA DEL SEÑOR

 

 

*DOCTRINA DE LA TRADICIÓN (3, 1-2)

 

Queridísimos: ésta es ya la segunda carta que os escribo. Ellas son como un recuerdo con el que procuro despertar en vosotros el recto criterio, / para que os acordéis de las palabras anunciadas por medio de los santos profetas, y del precepto del Señor y Salvador que os transmitieron vuestros apóstoles.

 

*ERRORES SOBRE LA PARUSÍA (3, 3-4)

 

Tened en cuenta, ante todo, que en los últimos días vendrán hombres que se burlan continuamente de todo y que viven según sus propias concupiscencias, / y que dirán: < ¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que los padres murieron, todo continúa como desde el principio de la creación>.

 

*DOCTRINA ESCATOLÓGICA (3, 5-10)

 

Ignoran deliberadamente que en otro tiempo hubo cielos y tierra. Ésta, por la palabra de Dios, surgió de las aguas, y quedó asentada en medio de ellas, / y, así, el mundo de entonces pereció anegado por las aguas. / A su vez, los cielos y la tierra de ahora, por la misma palabra, están reservados para el fuego y guardados para el día del Juicio y de la perdición de los impíos. / Pero hay algo, queridísimo, que no debéis olvidar: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. / No tarda el Señor en cumplir su promesa, como algunos piensan; más bien tiene paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda, sino que todos se conviertan. / Pero como un ladrón llegará el día del Señor. Entonces los cielos se desharán con estrépito, los elementos se disolverán abrasados, y lo  mismo la tierra con lo que hay en ella.

 

*CONSECUENCIAS MORALES (3, 11-16)

 

Si todas esas cosas se van a destruir de ese modo, ¡cuánto más debéis llevar vosotros una conducta santa y piadosa, / mientras aguardáis y apresuráis la venida del día de Dios, cuando los cielos se disuelvan ardiendo y los elementos se derritan abrasados! / Nosotros, según su promesa, esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva, en los que habita la justicia. / Por lo tanto, queridísimos, a la espera de estos acontecimientos, esmeraos para que él os encuentre en paz, inmaculados e intachables, / y considerad que la longanimidad de nuestro Señor es nuestra salvación. Así os lo escribió también nuestro querido hermano Pablo según la sabiduría que se le otorgó, / y así lo enseña en todas las cartas en las que trata estos temas. En ellas hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente – lo mismo que las demás Escrituras – para su propia perdición.

 

*EXHORTACIÓN FINAL Y DOXOLOGÍA (3, 17-18)

 

Por eso, vosotros, queridísimos, sabiéndolo de antemano, estad alerta, no sea que – arrastrados por el error de esos disolutos – decaigáis de vuestra firmeza. / Creced en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén