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martes, 8 de noviembre de 2016

JESÚS DIJO (XXIV): TRABAJOS PUBLICADOS POR MRM.MARUS



 
 
 
 






*¿QUÉ SIGNIFICA CREER EN DIOS?    (1/10/16)

 

 *LA PACIENCIA: UNA OBRA DE MISERICORDIA ESPIRITUAL Y UN FRUTO DEL ESPÍRITU SANTO (11/10/16)

 
*LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS Y EL ANUNCIO DEL EVANGELIO   (27/10/16)

 

 *EN DESAGRAVIO POR LA OFENSA AL DÍA DE TODOS LOS SANTOS  (31/10/16)

 

 

Biblia de Navarra (Ediciones Universidad de Navarra S.A;  Pamplona <España>. EUNSA)

 


TERCER VIAJE  APOSTÓLICO DE SAN PABLO

 

Comienzo por Galacia y Frigia

 

*Pasó allí algún tiempo y marchó recorriendo una tras otras las regiones de Galacia y Frigia, confortando a todos los discípulos.

 

*Un judío que se llamaba Apolo, de origen alejandrino, hombre elocuente y muy versado en las Escrituras, llegó a Éfeso. / Había sido  instruido en el Camino del Señor. Hablaba con fervor de espíritu y enseñaba con esmero lo referente a Jesús, aunque sólo conocía el bautismo de Juan. / Comenzó a hablar con libertad en la sinagoga. Al oírle Priscila y Aquila le tomaron consigo y le expusieron con más exactitud el camino de Dios. / Como deseaba pasar a Acaya, los hermanos le animaron y escribieron a los discípulos para que le recibieran. Cuando llegó fue de gran provecho, con la gracia divina, para los que habían creído, / pues refutaba vigorosamente en público a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús es el Cristo.

 

*Discípulos de san Juan Bautista en Éfeso

 

Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo recorrió las regiones altas y llegó a Éfeso. Encontró a algunos discípulos / y les preguntó: -¿Habéis recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe? -Ni siquiera  hemos oído que haya Espíritu Santo  -le respondieron. / Él les replicó: -¿Entonces con qué bautismo habéis sido bautizados?  -Con el bautismo de Juan  -dijeron. / Pablo contestó: -Juan bautizó con un bautismo de penitencia diciendo al pueblo que creyeran en el que iba a venir detrás de él, es decir, en Jesús. / Cuando oyeron esto se bautizaron en el nombre del Señor Jesús. / Al imponerles Pablo las manos, vino el Espíritu Santo sobre ellos, de modo que hablaban en lenguas y profetizaban. / Eran entre todos unos doce hombres.

 

*Predicación y milagros de San Pablo en Éfeso

 

Entró en la sinagoga y habló abiertamente durante tres meses, exponiendo lo referente al Reino de Dios y tratando de convencerles. / Pero como algunos se endurecieron y no creyeron y maldecían el Camino ante la multitud, se apartó de ellos y se separó con los discípulos, enseñando todos los días en la escuela de Tirano. / Esto duró dos años, de forma que todos los habitantes de Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor. / Dios obraba por manos de Pablo milagros nada corrientes, / de manera que hasta los pañuelos y las ropas que habían tocado su cuerpo, aplicados a los enfermos, hacían desaparecer las dolencias y expulsaban los espíritus malignos. / Algunos exorcistas ambulantes judíos intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre quienes tenían espíritus malos diciendo: Os conjuro por ese Jesús que Pablo predica/Hacían siete hijos de un tal Esceva, de la aristocracia sacerdotal judía/Pero el espíritu maligno les replicó: -Conozco a Jesús  y sé quién es Pablo, pero vosotros  ¿quiénes sois?- / Y el hombre en quien estaba el espíritu maligno, abalanzándose sobre ellos, dominó a unos y otros y pudo con todos, de tal forma que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.

 

*Quema de libros mágicos

 

Todos los judíos y griegos que vivían en Éfeso se enteraron de esto; el temor se apoderó de todos y fue ensalzado el nombre del Señor Jesús. / Muchos de los que habían creído venían para confesar y manifestar  sus prácticas supersticiosas. / Bastantes de los que cultivaban la magia trajeron sus libros y los quemaron delante de todos. Calcularon su valor y resultó ser de cincuenta mil monedas de plata. / Y así la palabra del Señor se propagaba con fuerza y se robustecía.

 

*Proyectos de viaje de San Pablo

 

Después de esto tuvo Pablo la inspiración de ir a Jerusalén a través de Macedonia y Acaya, y decía: -Después de ir allí debo ver también Roma. / Envió a Macedonia a dos de sus colaboradores, Timoteo y Erasto, y él permaneció algún tiempo en Asia.

 

*Motín de los plateros de Éfeso

 

Se produjo en aquella ocasión un alboroto no pequeño contra el Camino, / pues cierto platero llamado Demetrio, que fabricaba reproducciones en plata del templo de Artemisa y proporcionaba a los orfebres abundantes ganancias, / después de reunir a éstos y a los que eran del mismo oficio, dijo: -Amigos, sabéis que nuestro bienestar viene de este trabajo, / y estáis viendo y oyendo  que no sólo en Éfeso, sino en casi toda Asia, este Pablo ha apartado a mucha gente convenciéndoles de que no son dioses los que se fabrican con las manos. / Con esto no sólo hay peligro de que caiga en descrédito nuestra profesión, sino también de que el templo de la gran diosa Artemisa sea tenido en nada y vaya a ser despojada de su majestad aquella a quien toda Asia y la tierra entera veneran. / Al oír esto comenzaron a gritar llenos de furia: -¡Grande es la Artemisa de los efesios! / La ciudad se llenó de confusión y todos a una se precipitaron hacia el teatro, arrastrando a los macedonios Gayo y Aristarco, compañeros de viaje de Pablo. / Éste quiso presentarse al pueblo, pero los discípulos no se lo permitieron; / e incluso algunos asiarcas que eran amigos enviaron  a rogarle que no se arriesgase a ir al teatro. / Unos gritaban una cosa y otros, otra. Estaba la asamblea confusa y la mayoría no sabía por qué se habían reunido. / Hicieron salir entonces a Alejandro de entre la multitud, empujado por los judíos. Alejandro pidió silencio con la mano, para dar explicaciones a la gente; pero cuando supieron que era judío, todos a la vez gritaron durante unas dos horas: -¡Grande es la Artemisa de los efesios! / Cuando el magistrado calmó la turba, dijo: -Efesios, ¿qué hombre hay que no sepa que la ciudad de Éfeso es la guardiana del templo de la gran Artemisa y de su estatua bajada del cielo? / Como esto es indiscutible, conviene que estéis tranquilos y no hagáis nada precipitadamente, / pues habéis traído a estos hombres que no son sacrílegos ni blasfemos contra nuestra diosa. / Si Demetrio y los orfebres que están con él tiene queja contra alguno, audiencias y procónsules hay: que presenten sus acusaciones unos y otros. / Y si pretendéis algo más, debe resolverse en asamblea legal, / porque  corremos el peligro de ser acusados de sedición por lo de hoy, al no haber ninguna causa por la que podamos justificar este tumulto. Dicho esto, hizo disolver la asamblea.

 

*Paso a Macedonia. Comienza el regreso

 

Cuando cesó el alboroto, Pablo hizo llamar a los discípulos, los animó, se despidió de ellos y partió camino de Macedonia. / Después de atravesar aquellas regiones y exhortar a todos con frecuentes conversaciones, llegó a Grecia. / Allí se detuvo tres meses y, como los judíos tramaron un atentado contra él cuando se disponía a navegar a Siria, decidió volver a Macedonia. / Le acompañaron Sópatros, hijo de Pirro, de Berea; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe; y Timoteo, así como Tíquico y Trófimo, que eran de Asia. / Éstos se adelantaron y nos esperaron en Tróade. / Nosotros iniciamos la navegación en Filipos después de los Ácimos y a los cinco días nos reunimos con ellos en Tróade, donde nos detuvimos siete días.

 

*Celebración de la Eucaristía y resurrección de Eutico

 

El primer día de la semana, cuando estábamos reunidos para la fracción del pan, Pablo, que debía partir al día siguiente, hablaba a los discípulos, y su discurso se prolongó hasta la medianoche. /Había abundantes lámparas en la habitación superior donde nos encontrábamos. / Un joven que se llamaba Eutico estaba sentado en la ventana y se quedó profundamente dormido al alargarse el discurso de Pablo, de modo que vencido por el sueño se cayó desde el tercer piso y lo levantaron ya muerto. / Bajó Pablo, se echó sobre él y abrazándolo dijo: -No os preocupéis, que su alma está en él. / Subió luego, partió el pan, lo comió y siguió hablando largo tiempo hasta el amanecer; entonces se marchó. / Trajeron vivoal joven y se consolaron muchísimo.

 

*De Tróade a Mileto

 

Nosotros nos adelantamos a tomar la nave y zarpamos rumbo a Asso, donde íbamos a recoger a Pablo, porque él había decidido hacer el viaje por tierra desde allí. / Cuando se nos unió en Asso lo recibimos a bordo y llegamos a Mitilene. / Allí nos hicimos a la mar y llegamos al día siguiente a la altura de Quíos; al otro día atracamos en Samos y al día siguiente arribamos a Mileto. / Pablo había decidido no detenerse en Éfeso, para no perder tiempo en Asia. Se daba prisa porque, si era posible, deseaba estar en Jerusalén el día de Pentecostés.

 

*Discurso de despedida a los presbíteros de Éfeso

 

Desde Mileto  envió un mensaje a Éfeso y convocó a los presbíteros de la iglesia. / Cuando llegaron les dijo: -Vosotros sabéis cómo me he comportado en vuestra compañía desde el primer día que entré en Asia, / sirviendo al Señor con toda humildad y lágrimas en medio de dificultades que me han venido por las insidias de los judíos; / cómo no dejé de hacer nada de cuanto podía aprovecharos – al predicaros y al enseñaros, en público y en vuestras casas -, / cuando anunciaba a judíos y griegos la conversión a Dios y la fe en nuestro Señor Jesús. / Ahora, encadenado por el Espíritu, me dirijo a Jerusalén, sin saber qué me pasará allí, / excepto que por todas las ciudades el Espíritu Santo testimonia en mi interior para decirme que me esperan cadenas y tribulaciones. / Pero en nada estimo mi vida, con tal de consumar mi carrera y el ministerio  que recibí del Señor Jesús de dar testimonio del Evangelio de la gracia de Dios. / Sé ahora que ninguno de vosotros, entre quienes pasé predicando el Reino, volverá a ver mi rostro. / Por eso, en este día doy testimonio de que estoy libre de culpa de la sangre de todos, / pues no dejé de anunciaros todos los designios de Dios. / Cuidad de vosotros, y de toda la grey, en la que el Espíritu Santo os puso como obispos para apacentar la Iglesia de Dios, que Él adquirió con su sangre. / Sé que después de mi marcha se meterán entre vosotros lobos feroces que no perdonarán al rebaño, / y que de entre vosotros mismos surgirán hombres que enseñarán doctrinas perversas, con el fin de arrastrar a los discípulos tras ellos. / Debéis, por lo tanto vigilar y recordar que durante tres años no cesé noche y día de exhortaros con lágrimas a cada uno de vosotros. / Ahora os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que es poderosa para edificar y conceder la herencia a todos los santificados. / No he codiciado de nadie plata, oro o ropas. / Sabéis bien que las cosas necesarias para mí y los que están conmigo las proveyeron estas manos. / Os he enseñado en todo que trabajando así es como debemos socorrer a los necesitados, y que hay que recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: <Mayor felicidad hay en dar que en recibir>. / En cuanto acabó de hablar se puso de rodillas y oró con todos ellos. / Entonces rompieron todos a llorar y abrazándose al cuello de Pablo le besaban, / afligidos sobre todo por lo que había dicho de que no volverían a ver su rostro. Y le acompañaron  hasta la nave.