Las dos últimas semanas de Cuaresma,la Iglesia las ha denominado tradicionalmente,de Pasión y el objetivo a tener en cuenta en dicho tiempo para los creyentes debería ser fundamentalmente reflexionar sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.Los templos nos muestran de forma externa los sentimientos de duelo propios del momento que vivimos:las imagenes estan cubiertas con velos morados y por supuesto también las cruces...Cristo va a sufrir de nuevo ante nuestros ojos los últimos momentos de su primera estancia sobre la tierra, es una sensación que conviene recrear en nuestro pensamiento a fin de saturarnos del espíritu de estos días de misterio y conseguir los preciosos frutos que ellos pueden producir en nuestras almas.
En efecto:"De la cruz brota la salud del genero humano.En el arbol del paraiso nació la muerte;en el arbol de la cruz nace la vida.En quel venció Satanás al hombre;en este,en la cruz del Señor, nosotros debemos comprender,estimar y amar nuestra propia cruz,los dolores y amarguras de que está sembrada nuestra vida.Esta debe ser nuestra tarea:-El que quiera venir en pos de mi,renuncie a así mismo.Tome su cruz y sigame.El que quiera salvar su alma,la perderá;el que la pierda por mi causa,la encontrará-"
Son palabras del Señor recordadas por el santo Padre, Fr.Justo Perez de Urbel, en su Misal y Devocionario (1964),que deberíamos tener muy presentes en estos días.Acerquémonos por tanto al Señor confiadamente para alcanzar la gracia y el auxilio oportuno.
Recordemos también que el proximo domingo 17 de marzo (quinto domingo de Cuaresma)la liturgia de la Palabra de la Santa Misa nos habla de Jesucristo como verdadero sacerdote,porque fue proclamdo por Dios Sumo Sacerdote a la manera de Melquisedec,tal como proclama el autor de la Carta a los Hebreo (probablemente san Pablo) (Heb 5,4-16):
"Nadie se arroga tal dignidad,sino el llamado por Dios,como Aarón/Así tampoco Cristo se glorificó así mismo para constituirse Sumo Sacerdote,sino el que le dijo:*Tú eres mi Hijo y yo te he engendrado hoy*/ Como dice también en otro lugar:*Tú eres sacerdote para siempre ,según el orden de Melquisedec* /El cual ofreciendo en los dias de su vida mortal oraciones y suplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte,fue escuchado por su piedad/Y aún siendo Hijo,aprendió por lo que padeció la obediencia;/ y al ser consumado,se convirtió para todos los que le obedecen en causa de salud eterna/ Proclamado por Dios Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec"
En efecto,por la obediencia nuestro Señor Jesucristo se sometió a la voluntad del Padre,tal como podemos leer en el Evangelio de san Mateo (Mt 26 39-42):
"Y adelantándose un poco,cayó rostro en tierra, mientras oraba diciendo:*Padre mío, si es posible,pase de mí este cáliz; pero no sea como yo quiero,sino como quieras Tú*/ Volvió junto a los discípulos y los encontró dormidos;y dice a Pedro:¿Con qué no habéis podido velar una hora conmigo?/ Velad y orad para no caer en la tentación;pues el espíritu está pronto,pero la carne es debil/De nuevo se apartó por segunda vez a orar,diciendo:*Padre mío,si no es posible que pase este cáliz sin que yo lo beba,hágase tu voluntad *"
Sólo así pudo realizar Nuestro Señor su oficio de Redención del género humano.La identificación plena con la voluntad del Padre es la que permite a Jesús superar el dolor tan intenso que experimenta durante su oración en el huerto de los Olivos sabiendo lo que le espera durante su Pasión y Muerte en la Cruz.Siguiendo el ejemplo de Jesucristo,hemos de velar y orar para no sucumbir ante la tentación. La identificación con la voluntad del Padre es lo que avalora realmente la oración.
