Translate

Translate

viernes, 7 de mayo de 2021

LA INNUMERABLE TURBA CELESTE

En el libro del Apocalipsis del apóstol san Juan,entre el sexto sello y el septimo se intercalan dos intermedios,intimamente relacionados: la marca de los 144.000 elegidos de Israel y la innumerable turba celeste.En los sellos anteriores(2,3,4,6)solo se anunciaban calamidades para los hombres,pero sin distinguir entre los justos y los injustos.Pues bien,de esto habla el primer intermedio,mientras en el segundo se nos da información sobre los que saldrán indemnes de todo mal,porque llevan la marca divina,se trata de la -innumerable turba celeste-.En concreto en el libro del Apocalipsis podemos leer(Ap 7,9-12):"Tras esto,vi,y he aquí una gran muchedumbre,la cual nadie podía contar,de todas las naciones ,y tribus,y pueblos,y lenguas,de pie delante del Cordero,vestidos de ropas blancas,y palmas en las manos/Clamaban con voz poderosa,diciendo: La salud a nuestro Dios,que está sentado en el trono,y al Cordero/y todos los ángeles estaban en derredor del trono y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes,y cayeron sobre sus rostros en presencia del trono y adoraron a Dios/diciendo:Amén.La bendición,y la gloria, y la sabiduría,y la acción de gracias,y el honor,y el poderío,y la fuerza de nuestro Dios por los siglos de los siglos.Amén". Durante la celebración de la Misa en la solemnidad de todos los santos,se suele hacer referencia a este pasaje del Apocalipsis.El Papa Benedicto XVI el 1 de noviembre de 2006 refiriendose a él declaraba:"El autor del libro del Apocalipsis describe a los santos como una muchedumbre inmensa que nadie podía contar,de toda raza,pueblo y lengua. Este pueblo comprende los santos del Antiguo Testamento,desde el justo Abel y el fiel patriarca Abraham,los del Nuevo Testamento,los innumerables mártires del inicio del cristianismo y los beatos y santos de los siglos sucesivos,hasta los testigos de Cristo de nuestro tiempo.A todos los une la voluntad de encarnar en su vida el Evangelio,bajo el impulso del eterno animador el pueblo de Dios,que es el Espíritu Santo" Si seguimos leyendo este intermedio del Apocalipsis (entre los sellos 6 y 7)comprendemos que,en efecto,las palabras del Papa Benedicto XVI quedan confirmadas (Ap 7,13-17):"Y tomó la palabra uno de los ancianos,diciéndome:Estos que andan vestidos de ropas blancas ¿qiénes son y de dónde vinieron?/Y le dije:Señor mío,tú lo sabes.Y me dijo:Estos son los que vienen de la gran tribulación,y lavaron sus vestiduras y las blanquearon con la sangre del Cordero/Por eso están delante del trono del Cordero,y le rinden culto día y noche en su templo,y el que está sentado sobre el trono tenderá su tienda sobre ellos/No tendrán ya más hambre ni más sed,ni caerá sobre ellos el sol ni ardor alguno/Porque el Cordero que está en medio ante el trono los pastoreará y los guiará a las fuentes de las aguas de la vida;y enjugará Dios toda lagrima de sus ojos" Como aseguraba el Papa san Juan Pablo II en su Homilía del 1 de noviembre de 1981:"Es uno de los ancianos que están ante el trono del Altísimo quien pronuncia estas palabras:Las personas vestidas de blanco ,a las que Juan ve con mirada profética,son los redimidos y constituyen una -muchedumbre inmensa- cuyo número es incalculable y cuya proveniencia es variadísima.La sangre del Cordero que se ha inmolado por todos,ha ejercido en cada ángulo de la tierra su universal y eficacísima virtud redentora,aportando gracia y salvación a esa -muchedumbre inmensa- Después de haber pasado por las pruebas de esta vida y ser purificados en la sangre de Cristo,ellos -los redimidos-están a salvo en el Reino de Dios y lo alaban y bendicen por los siglos" Sin duda es la fiesta y la alegria de los santos que en el mundo han sido,que están siempre en pie -delante del Cordero-,de Cristo Jesús, -el único mediador entre Dios y el hombre- .Y que como sigue diciendo el Papa san Juan Pablo II gritan sin cesar, con voz poderosa (Ibid):"La salvación es de nuestro Dios,que está sentado en el trono,y del Cordero (Ap 7,9-10).Por obra del Cordero que quita los pecados del mundo,todos ellos participan de la santidad de Dios mismo ¡Amén!"

miércoles, 5 de mayo de 2021

SANTO TOMÁS DE AQUINO: DOCTOR COMMUNIS

Santo Tomás nació a principios del siglo XIII en el castillo de su familia sito al sur de Italia,sus padres eran los condes de Aquino y al nacer cerca de la célebre abadía de Montecassino no es de extrañar que encomendaran,a los monjes benedictinos,la educación de su hijo desde muy temprana edad.Los estudios superiores los realizó en la universidad de Nápoles y allí contactó con la orden de los predicadores cuya vida abrazó cuando iba a cumplir los veinte años,a pesar de la oposición frontal de su familia.Durante su estancia en la universidad de Nápoles sus estudios se centraron en el pensamiento filosófico griego de Aristóteles lo cual pasado el tiempo influenciaría mucho en él pero sobre todo ,en aquellos años,nació también su vocación dominica,la orden que santo Domingo había fundado pocos años antes.No obstante,ante la oposición de su familia renunción,en principio a su voción y regresó al hogar paterno.Allí tuvo que soportar las pruebas a las que le sometieron sus hermanos,para que perdiera sus deseos de acudir a la llamada de Dios,pero las superó con la ayuda de Éste.En el año 1245 siendo ya mayor de edad,pudo retomar su camino vocacional y viajó a París para completar sus estudios.Hizo grandes progresos en el estudio de la teología,bajo la dirección de otro santo,san Alberto Magno,del que aprendió el amor a la modestia y al silencio;por otra parte san Aberto y santo Tomás se hicieron grandes amigos,y quiso el primero que su discípulo lo siguiera también a Colonia,donde los superiores de la orden lo habían mandado para fundar un estudio teológico.Durante aquel tiempo santo Tomás pudo estudiar en profundidad las obras de Aristóteles, con la ayuda de su querido maestro.Más tarde,siguiendo la escuela de san Alberto,llevó a cabo una operación de fundamental importancia para la historia de la cultura,en los campos de la teología y la filosofía.En su libro -Summa Theologica-,se encuentra condensada su angélica doctrina. En ella,este santo varón,realizó una exposición y comprobación de todo el sitema doctrinal de la religión católica.Se trata de una obra considerada ,a través de los siglos,como una de las cimas del pensamiento universal.Por otra parte,su vida fue modélica en extremo,en recogimiento y oración y se cuenta que muchas veces derramaba lágrimas antes de consagrarse al estudio.Este espíritu de piedad aparece sobre todo en sus sermones y el Oficio del Corpus,que es una de sus obras inmortales.El Papa san Juan Pablo II,devoto admirador de este santo,en su Carta Encíclica -Fides et ratio- ,recordó que la Iglesia ha propuesto siempre a santo Tomás como maestro del pensamiento y modelo correcto de hacer teología.Precisamente ,por sus excelentes dotes intelectuales,fue llamado a París como profesor de teología en la cátedra dominica y allí inició su prodigiosa obra literaria, que prosigió hasta su muerte.Caben destacar entre sus trabajos,además de las obras ya recordadas,sus comentarios a la Sagradas Escrituras y a los escritos de Aristóteles,así como sus tratados y discursos sobre diversos temas religiosos.Se sintió enfermo cuando se dirigía al Concilio de Lyón(1274)y su último estudio fue un comentario al -Cantar de los Cantares-,que redactó para los monjes en agradecimiento a los cuidados de que había sido objeto antes de acudir a la llamada de Dios.El Papa León XIII le declaró Patrono celestial de las Escuelas y el Papa Benedicto XVI en Audiencia General(2010) hacía la siguiente semblaza de él,de acuerdo con sus antiguos biógrafos:"Mientras el santo oraba,como costumbraba,ante el crucifijo por la mañana temprano en la capilla de san Nicolás, en Nápoles,Domenico da Caserta,el sacristán de la Iglesia,oyó un diálogo.Tomás preguntaba,preocupado,si cuanto había escrito sobre los misterios de la fe cristiana era correcto. Y el crucifijo respondió:Tú has hablado bien de mí Tomás ¿Cuál será tu recompesa? Y la respuesta que dio Tomás es la que también nosotros,amigos y discípulos,de Jesús, quisiéramos darle:¡Nada más que tú Señor!