En cierta ocasión un conocido periodista le preguntaba al Papa San Juan Pablo II,sobre la problematica situación de la Iglesia ante la mala acogida de sus enseñanzas,por parte del mundo en general,cuestión esta que venia siendo así desde hacía mucho tiempo,especialmente en temas relacionados con el comportamiento ético y las buenas costumbres.Este Pontífice que estaba perfectamente informado sobre esta situación creada desde siglos pasados y que se ha ido propagado como la mala hierba entre los mismos creyentes,se manifestaba así:"Algunos sostienen que en cuestiones de moralidad,y en primer lugar en las de la ética sexual,la Iglesia y el Papa no van de acuerdo con la tendencia dominante en el mundo contemporáneo,dirigida hacia una cada vez mayor libertad de costumbres.Puesto que el mundo se desarrolla en esa dirección,surge la impresión de que la Iglesia vuelve atrás o,en todo caso,que el mundo se aleja de ella...El mundo,por tanto,se aleja del Papa,el mundo se aleja de la Iglesia...Es una opinión muy difundida,pero es profundamente injusta"(Cruzando el umbral de la esperanza;Circulo de Lectores,por la cortesía de Plaza & Janés,S.L.;1995)
Ciertamente muy injusta,si tenemos en cuenta los enormes esfuerzos por detener este camino equivocado del mundo y los sufrimientos por no conseguirlo, de Papas como León XIII,Pio X,Pio XI...,Pablo VI,Juan Pablo I,Benedicto XVI y el mismo Juan Pablo II que pronunciaba esta queja,seguramente con gran tristeza,porque era y sigue siendo muy importante lo que se pone en juego para toda la humanidad,con este comportamiento que se aleja de Dios o que incluso lo ignora.El Papa San Juan Pablo II,a pesar de todo,se mostraba relativamente optimista en aquellos años del siglo pasado pero también tenia muy claro que el problema era muy grave ya que como aseguraba en un momento dado de la entrevista periodistica (Ibid):Los medios de comunicación han acostumbrado a ciertos sectores de la sociedad a escuchar lo que -halaga los oídos-".Se refiere el Papa con esta frase a la segunda Carta del Apóstol San Pablo a su discípulo Timoteo (durante su encarcelamiento en Roma,proxima ya su muerte por martirio) (2 Tim 4,1-8):
"Te conjuro en la presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de juzgar a vivos y muertos,y por su advenimiento y por su Reino:/predica la palabra,insta a tiempo y a destiempo,reprende,exhorta,increpa con toda longanimidad y no cejando en la enseñanza/Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina,antes a medida de sus concupiscencias tomarán para sí maestros sobre maestros,con la comezón de oídos que sentirán/Y por un lado desviarán sus oídos de la verdad y por otro volverán a las fábulas (relato falso)/(...)/He luchado la noble lucha,he finalizado mi carrera,he mantenido la fe;/Sólo me queda recibir la corona de salvación que aquel día me dará el Señor,juez justo,y no sólo a mí,sino también a todos los que esperan con amor su venida gloriosa" .
El Papa San Juan Pablo II aseguraba también en este sentido que (Ibid):"Cristo nos previno,nos advirtió de que la vía de la salvación no es ancha y cómoda,sino estrecha y angosta (Mt 7, 13-14).Este es el aviso del Magisterio,este es el deber también de los teólogos,sobre todo de los moralistas ,los cuales como colaboradores de la Iglesia docente,tienen en este una parte esencial.Naturalmente siguen siendo validas las palabras de Jesús referidas a aquellas cargas que ciertos maestros echan sobre la espalda de los hombres (Lc 11, 46).Aunque se debe considerar también cúal es el peso mayor:Si el de la verdad,incluso el de la muy exigente,o si lo es,en cambio,el de la apariencia de la verdad,que crea sólo la ilusión de que lo que es moralmente correcto.Alejarse de la verdad no constituye en absoluto una tendencia evolutiva,no puede ser considerada como una medida de -progreso ético-.
Frente a semejante tendencia,cada pastor de la Iglesia y,sobre todo el Papa,debe ser particularmente sensible para no desatar la severa amonestación contenida en la segunda Carta de San Pablo a su discípulo Timoteo (1 Tim 4,5):"Tú sin embargo,vigila atentamente,aprende a soportar los sufrientos,cumpliendo tu tarea de anunciador del Evangelio,cumple tu ministerio".En este sentido,también el Papa Benedicto XVI se expresaba en su obra postuma *Qué es el cristianismo.Un testamento espirítual*;La Esfera de los libros S.L.,2023:"La humanidad tiene siempre la tentación de querer ser totalmente autónoma,de seguir sólo su propia voluntad y considerar que sólo así seremos libres,que sólo gracias a esa libertad sin limites el hombre sería completamente hombre,y llegaría a ser divino.
Pero precisamente así nos situamos contra la verdad,dado que la verdad es que debemos compartir nuestra libertad con los demás y sólo podemos ser libres en comunión con ellos.Esta libertad compartida solo puede ser libertad verdadera si con ella entramos en lo que constituye la medida misma de la libertad,si entramos en la voluntad de Dios.Esta obediencia fundamental,que forma parte del hombre,se hace aún más concreta en el sacerdote:**Nosotros no nos anunciamos a nosotros mismos,sino a Él y su Palabra,que no podemos idear por nuestra cuenta** ; **No inventamos la Iglesia como nos gustaría que fuera,sino que anunciamos correctamente la Palabra de Cristo en la comunión de su Cuerpo (la Iglesia)**;**Nuestra obediencia es creer con la Iglesia,servir con ella**. También en esta obediencia entra siempre lo que Jesús predijo a Pedro:Te llevarán a donde tú no quieras (Jn 28,18).Este dejarse guiar a donde no queremos es una dimensión esencial de nuestro servir y eso es precisamente lo que nos hace libres.En ese ser guiados,que puede ir contra nuestras ideas y proyectos,experimentamos la novedad,la riqueza del amor de Dios"
