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lunes, 15 de junio de 2015

SAN ESTEBAN ANTE EL TRIBUNAL SUPREMO



 
 



El 26 de diciembre celebra la Iglesia católica la fiesta del Protomártir San Esteban uno de los siete diáconos elegidos por los Apóstoles para que ayudaran en los trabajos diarios de la Iglesia primitiva. Pero pronto demostró su gran capacidad como evangelizador de las gentes que se acercaban con curiosidad para conocer más de cerca lo que hacían aquellos hombres que habían sido discípulos de Jesús, aquel, que no hacia tanto tiempo, había sido condenado y crucificado tan injustamente…

Todos los días convertía a muchos, demostrando además sus grandes conocimientos de las Sagradas Escrituras, donde están reflejados los hechos del pueblo elegido por Dios…Reprochó ante el Tribunal Supremo la falta de consideración hacia los Profetas, y el no haber respetado en ocasiones, la Ley que el pueblo había recibido por ministerio de los ángeles.

San Lucas en su libro de <Los Hechos de los Apóstoles> narra esta bella página de la historia de la iglesia de Cristo (Hechos 6, 8-15):

 



-Esteban, por su parte, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y milagros en el pueblo.

 -Unos cuantos de la Sinagoga llamada de los Libertos, de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asía, se pusieron a discutir con Esteban,

 -pero no podían resistir la sabiduría y el espíritu con que hablaba

 -Entonces sobornaron a unos hombres para que dijeran: <Nosotros hemos oído a éste decir blasfemia contra Moisés y contra Dios>.

 -Con esto amotinaron al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley, los cuales se echaron sobre él, lo prendieron y lo llevaron al tribunal supremo.

 Después presentaron testigos falsos, que dijeron: <Este hombre no cesa de decir palabras contra este lugar santo y contra la ley;

 



-le hemos oído decir que ese Jesús, el Nazareno, destruirá el lugar y cambiará las costumbres que nos transmitió Moisés>.

-Entonces todos los que estaban en el tribunal clavaron sus ojos en él y vieron su rostro como el rostro de un ángel

 (La Santa Biblia. Ed. San Pablo. Traducida de los textos originales en equipo bajo la dirección del Dr. Evaristo Martín Nieto)

 

 



Sí, estas ignominias siguen pasando hoy en día, por eso el Papa San Juan Pablo II decía cosas como éstas:

“Debo referirme a la exhortación que resonó al comienzo de mi ministerio en la Sede de San Pedro: < ¡No tengáis miedo!>.

Cristo dirigió muchas veces esta invitación a los hombres que le escuchaban. Esto dijo el Ángel a María: <No tengas miedo>. Y esto mismo a José: <No tengas miedo>. Cristo lo dijo a los Apóstoles, y a Pedro, en varias ocasiones, y especialmente después de su Resurrección, e insistía: < ¡No tengáis miedo!>; se daba cuenta que tenían miedo porque no estaban seguros de si Aquel que veían era el mismo Cristo que ellos habían conocido. Tuvieron miedo cuando fue apresado, y tuvieron aún más miedo cuando, Resucitado, se les apareció.

 




Esas palabras pronunciadas por Cristo las repite la Iglesia. Y con la Iglesia las repite también el Papa. Lo he hecho desde la primera Homilía, en la plaza de San Pedro: < ¡No tengáis miedo!>. No son palabras dichas porque sí, están profundamente enraizadas en el Evangelio; son sencillamente, las palabras de Cristo”

(Cruzando el umbral de la esperanza. Papa San Juan Pablo II. Editado por Vittorio Messori. Círculo de Lectores)

San Esteban no tuvo miedo, dijo cosas muy duras ante el Tribunal Supremo y por eso fue sometido a terrible martirio y murió por Cristo y su Mensaje (Hechos 7, 54-60):

-Al oír estas cosas ardían de ira en sus corazones y rechinaban los dientes contra él.

-Pero él, lleno del Espíritu santo miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios,



-y dijo: <Mirad, veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la diestra de Dios.

-Entonces clamaron a voz en grito, se taparon los oídos y se lanzaron a una contra él.

-Lo sacaron fuera de la ciudad y lo lapidaron. Los testigos dejaron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo,

-y se pusieron a lapidar a Esteban, que oraba diciendo: Señor Jesús recibe mi espíritu.

-Puesto de rodillas clamó con fuerte voz:

<Señor, no tengas en cuenta este pecado> Y con estas palabras murió…

 Además del personaje histórico San Esteban (Protomártir) representa para la Iglesia de Cristo las consecuencias que la venida del Señor debe obrar en todos los cristianos:

 “Estos efectos son los rasgos admirables con que los <Actos de los Apóstoles> nos describen al primero de los siete diáconos: plenitud de gracia y virtud, fortaleza de espíritu, fe robusta, amor incondicional a Cristo y a las almas, y valor para arrostrar el martirio.



Esteban se nos presenta como una de las más bellas figuras de los primeros días de la Iglesia. Los Apóstoles lo eligieron, con otros seis diáconos, para servir en las mesas, donde los fieles comían en común; pero él se reveló como un gran predicador, y eran tales las maravillas que hacia entre el pueblo, que los judíos se alarmaron y lo llevaron ante el mismo tribunal que había condenado a Jesús. El discípulo dio valientemente testimonio de su Maestro, y fue condenado a la lapidación. Sus últimas palabras fueron estas: <Señor, no les imputes este pecado>”
(Rmo. P. Fr. Justo Pérez de Urbel).


¿Qué sucedió después? ¿Sentimos curiosidad por saber que ocurrió con el cuerpo del Santo después de su martirio y muerte por lapidación?

Los hagiógrafos cuentan algunas cosas al respecto, aunque ésta es una información que siempre hay que tomarla con cierta precaución. No obstante parece tener consistencia el hecho de que un doctor de la Ley, llamado Gamaliel, llevó el santo cuerpo a su heredad, enterrándolo en una gruta de las montañas. El sepulcro quedó olvidado durante mucho tiempo, debido en gran parte, a las muchas calamidades por las que tuvieron que pasar los moradores de Judea.

Con el tiempo, sobre aquella gruta se construyó una Iglesia y hacia el siglo V d. C, un cura de la misma llamado Luciano recibió en visión la información de Gamaliel del lugar  donde se encontraban los restos de San Esteban. Aunque esta información no fue tenida en cuenta de forma inmediata, al cabo de un tiempo y tras repetidas apariciones,  del doctor de la ley, a aquel hombre elegido por Dios, éste se decidió e informó a su Obispo de lo que le estaba pasando.



El Obispo con muy buen criterio, ordenó cavar en el lugar señalado por la aparición y se encontraron unos restos, entre los que probablemente se encontraban los del Protomártir, pues desde el mismo momento de su exhumación fueron muchos los milagros que tuvieron lugar.

Tras diversos avatares de la historia, estos restos fueron a parar a la isla de Menorca, concretamente a la Iglesia de Mahón. Allí se obraron también grandes milagros…

 
 


De todas partes del mundo, ante estos hechos, se solicitaban reliquias de San Esteban y en tiempos de San Agustín, algunos de ellos llegaron a la Iglesia de Hipona, donde el gran doctor de la Iglesia mandó abrir un libro para registrar los milagros que se obraron por intercesión del Santo mártir. La Iglesia instituyó la fiesta de la Invención del cuerpo de San Esteban el 3 de agosto, que se celebraba con anterioridad en Ancona, donde existe también una piedra, que se cree  que fue empleada en la lapidación del santo.

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