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viernes, 13 de noviembre de 2020
SAN DIEGO DE ALCALÁ: FRANCISCANO TAUMATURGO
San Diego recibió el apelativo -de Alcalá- porque vivio y falleció en Alcálá de Henares perteneciente a la provincia de Madrid
(España) un 13 de noviembre del año 1463 y desde entonces su fama de taumaturgo se vio enormemente acrecentada,gracias a los numerosos
milagros y al poder curativo que se atribuyeron a sus restos mortales (su cadáver en vez de corromperse sufrió un proceso de momificación
que nadie dudo de calificar de milagroso). A este santo varón se le atribuyen muchísimos fenómenos sobrenaturales,es decir,má allá
de las capacidades humanas, esto iba unido a su gran amor a Dios y a sus hermanos los hombres. Sin duda la característica más
singular de este santo es la posesión del don de la caridad llevado a su maxima expresión, lo que le llevaba a atender a cualquier
enfermo que se acercara él y entonces Dios hacía el milagro de curarlo por su intercesión. San Diego nació entre finales del siglo
IV y principios del V (no se conoce con seguridad la fecha de su llegada a este mundo), en un pueblo de Sevilla (España),concretamente
en San Nicolás del Puerto. Siendo joven sintió la llamada de Dios que le inclinaba a retirarse del mundo, por lo que se hizo eremita
recluyendose en un santuario dedicado a San Nicolás de Bari, muy cercano a su villa natal. Este retiro se prolongó según se cuenta
hasta casi sus cuarenta años y durante este tiempo recibió los consenjos y enseñanzas de anciano sacerdote. Después de este retiro, por motivos
que se desconocen se trasladó a la provincia de Cordoba (España), procesando como hermano lego en el convento de los franciscano
Su vida allí implicaba realizar los trabajos manuales más humildes de la comunidad, como portero o limosnero, pero ello cuadraba
a la perfección con su forma de ser y sus deseos. Estando allí empezó a tomar fama como taumaturgo por el número de curaciones
que se producían entre los enfermos que se acercaban a la puerta del convento para pedirle ayuda en este sentido. No estuvo mucho tiempo en Cordoba
porque sus superiores le enviaron a las Islas Canarias donde también dejo el rastro de su santidad por los milagros realizados
y por su gran caridad hacia los más necesitados. En 1450 proclamado año santo por el Papa Nicolas V, asistió en Roma junto con sus hermano
franciscanos a la solemne canonización de San Bernardino de Siena (Reformador de la orden franciscana. Unos años después, en concreto
en el año 1456 el arzobispo de Toledo y Señor de Alcalá de Henares proyectó la fundación de un nuevo convento franciscano en
esta ciudad complutense y así mismo dispuso el traslado de un determinado número de religiosos franciscanos pertenecientes
al monasterio donde estaba San Diego para que se ocuparan del nuevo y entre ellos fue elegido nuestro santo.En este nuevo monasterio
ejerció, como hermano lego, los oficios de portero y hortelano y tanta fue su humildad y buen hacer en los mismos que el arzobispo
Carrillo llegó a ordenar la construcción de una pequeña ermita en la propia huerta del convento por deseos de San Diego.Sería
largo de narrar la enorme cantidad de hechos milagrosos atribuidos a este humilde y caritativo fraile lego, en este sentido la
bibliografía es muy amplia. Recordaremos tan solo por ejemplo que sus hagiógrafos narran que el propio rey Enrique IV de Castilla
acudió a su sepulcro para rogar por la curación de la Beltraneja, ruego que según las crónicas se cumplió, pero el caso más
conocido es el del rey Felipe II que acudió también al santo para la curación del principe Carlos, produciendose el milagro
que posteriormente se popularizó gracias a una obra de Lope de Vega. San Diego fue canonizado en 1588 por el Papa Sixto V.
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