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domingo, 7 de marzo de 2021
TIEMPO DE CUARESMA:TIEMPO PARA DAR TESTIMONIO DEL ÚNICO DIOS
"Existe un solo Dios que es el Creador del cielo y de la tierra y,por tanto,también es el Dios de todos los hombres.En esta puntualización
hay dos elementos singulares:Que realmente todos los otros dioses no son Dios,y que toda realidad en la que vivimos se remite a Dios
,es creación suya.Ciertamente la idea de una creación existe también en otros lugares,pero sólo aquí queda absolutamente claro que no
se trata de un dios cualquiera,sino que es el único Dios verdadero.Él mismo,es el autor de toda la realidad;ésta proviene del poder de su
Palabra creadora.Lo cual significa que estima a esta criatura,precisamente porque ha sido Él quien la ha querido,quien la ha hecho.
Y así se pone de manifiesto el segundo elemento importante:Este Dios ama al hombre" Esta hermosa reflexión del Papa Benedicto XVI
corresponde su catequesis sobre el Credo de la Iglesia y ha sido publicada en su libro -La alegria de la fe-(Ed.San Pablo;2012).
Estamos en -Tiempo de Cuaresma- y durante este tiempo los cristianos deseamos hacernos participes de la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo
,el Hijo único de Dios y Dios verdadero,para resucitar luego con Él.Por eso,nos preparamos a conciencia recordando las verdades absolutas
que recoje el Credo de la Iglesia.Nos encontramos también en tiempo de pandemia y sobre todo en tiempo de crisis de fe,por ello
es conveniente recordar también que ya en el año 2011,este Pontífice aseguraba (Los caminos de la vida interior):"Hay una fuerte corriente
de pensamiento laicista que quiere apartar a Dios de la vida de las personas y la sociedad,planteando e intentando crear un paraíso
sin Él.Pero la experiencia enseña que el mundo sin Dios se convierte en un infierno,donde prevalece el egoísmo,las divisiones en las familias
,el odio entre las personas y los pueblos,faltos de amor,alegría y esperanza.En cambio,cuando las personas y los pueblos acogen la presencia
de Dios,le adoran en verdad y escuchan su voz,se construye concretamente la civilización del amor,donde cada uno es respetado en su dignidad
y crece la comunión,con los frutos que esto conlleva.La Cruz amenudo nos da miedo,porque parece ser la negación de la vida.En realidad es lo contrario
.Es el sí de Dios al hombre,la expresión máxima de su amor y la fuente de donde emana la vida eterna.De hecho,del corazón de Jesús
abierto en la Cruz,ha brotado la vida divina.Sólo Él puede liberar al mundo del mal y hacer crecer el Reino de la justicia,la paz y el amor,
al que todos aspiramos"Y es que quien no conoce a Dios,vive sin esperanza;el hombre tiene necesidad de Dios,las cosas marchan mejor cuando Él
está presente:"Cuanto más se aleja el mundo de Dios,tanto más resulta claro que el hombre,en la desmedida del poder,en el vacio del corazón
y en el ansía de satisfacción y felicidad,pierde cada vez más la vida.La sed de infinito está presente en el hombre de tal manera que no la puede
extirpar.El hombre ha sido creado para relacionarse con Dios y tiene necesidad de Él"(Benedicto XVI;Ibid).En un tiempo de tremendos cambios
el objetivo evangelizador de los creyentes debería ser testimoniar unidos la presencia del Dios vivo y dar así al mundo la respuesta que necesita
que implica de modo absolutamente primordial el anuncio del verdadero Dios y verdadero hombre,aquel que padeció y murió por los hombres
y que con su Resurrección les abrió el acceso a una nueva vida.En efecto,Él dijo:"Yo soy la puerta por la que entran las ovejas
/Todos los que vinieron antes de mí eran ladrones y salteadores,pero las ovejas no les hicieron caso.../El ladrón sólo entra para robar
,matar y destruir.Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante"(Jn 10,7-10).Así sintetizó el Señor su misión en su primera venida a la tierra
que nace como nos recordaba el Papa San Juan Pablo II:"De una solidaridad salvadora.Es el reconocimiento no sólo de la mente,
sino también del corazón;conocimiento del que ama y reciprocamente es amado;de quien es fiel y al fiarse,entrega su confianza"(28 de abril de 1996).
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