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lunes, 21 de junio de 2021

EL HOMBRE Y LA BUSQUEDA DE LA SANTIDAD (I)

Toda la historia del hombre está marcada por la búsqueda del más allá;el hombre de todos los tiempos se ha preguntado si verdaderamente existe un Creador de las cosas, visibles e invisibles.En este sentido,los creyentes pensamos que ese Dios existe y nos ha hablado, asumiendo la carne del hombre, en tiempos de Imperio romano y es Jesús de Nazaret.El Papa san Juan Pablo II decía a este respecto(Cruzando el umbral de la esperanza;1994):"La tradición cristiana anterior a santo Tomás de Aquino,y por tanto también de san Agustín,estuvo primero ligada a Platón,del cual,sin embargo,se distanció,y justamente.Para los cristianos el absoluto filosófico,considerado como ser o como supremo bien,no revestía mucho significado:¿Para qué entrar en las especulaciones filosóficas sobre Dios? se preguntaban,si el Dios vivo había hablado,no solamente mediante profetas,sino también mediante su Hijo".Las palabras de este Papa tienen mucho sentido, por eso los hombres a lo largo de la historia han buscado la santidad y han experimentado la presencia poderosa y transformadora del Hijo de Dios .El apóstol san Pablo fue uno de estos hombres y ello provocó su conversión que le hacía hablar así(Ga 2,19-20):"Porque yo por la ley he muerto a la ley,a fin de vivir en Dios.Con Cristo estoy crucificado:Vivo,pero ya no vivo yo,sino que Cristo vive en mi.La vida que vivo ahora en la carne la vivo en la fe del Hijo de Dios,que me amó y se entregó así mismo por mí" En los tiempos que corren,estas palabras del apóstol muchas veces inducen a pensar que la santidad es una meta reservada para unos pocos elegidos,pero los Padres de la Iglesia siempre han afirmado que esto no es así porque la santidad no consiste en realizar empresas extraordinarias,como las realizadas por san Pablo,sino en unirse a Cristo ,en vivir sus misterios,en hacer nuestras sus actitudes,su pensamiento,sus comportamientos, que ya por si mismos son extraordinarios .En definitiva,en aspirar a llegar a ser semejantes a Jesús,como reconocia también san Pablo(Rm 8,31):"¿Qué diremos a esto? Si Dios está con nosotros?,¿quién contra nosotros?/El que no perdonó a su propio Hijo,sino que lo entregó por todos nosotros,¿cómo no nos dará con Él todas las cosas?/¿Quién presentará acusaciones contra el elegido de Dios?¿Dios,el que justifica?/¿Quién condenará?¿Cristo Jesús,el que murió ,más aún,el que resucitó,el que además está a la derecha de Dios,el que está intercediendo por nosotros?" Estas palabras del apóstol san Pablo hay que entenderlas en su justo sentido porque nunca debemos olvidar que Dios es siempre misericordioso pero imparte justicia con aquellos que le niegan e incumplen sus -Mandamientos- Muchos hombres y mujeres a lo largo de los siglos entendieron bien estas palabras del apóstol y entre ellos se encuentra san Pedro Damiano(1007-1072), Cardenal-Obispo de Ostia que nació en Rávena y que debido a la prematura muerte de sus padres,fue criado por uno de sus hermanos,propocionandole la posibilidad de estudiar y prepararse para afrontar el futuro.Muy pronto sintió la llamada de Dios a la vida monástica,entrando en un convento de la orden de san Benito,en Font-Avellano, donde se dedicó a orar,a escribir algunos libros y estudiar las Santas Escrituras,de las cuales llegó a ser un experto.Por otra parte su superior que conocía sus capacidades le ordenó hacer frecuentes exhortaciones a sus compañeros religiosos.Con el tiempo llegó a ser nombrado director de la abadía, gobernándola con gran sabiduría y caridad.Fundó otras cinco comunidades religiosas y al mismo tiempo fue requerido en distintas ocasiones a cumplir servios para la Iglesia,por orden de Obispos y Papas(hasta cuatro Pontífices solicitaron sus servicios).Finalmente fue nombrado Cardenal-Obispo de Ostia (Italia). La última etapa de su vida es muy importante porque junto al cardenal Hildebrando(futuro Papa Gregorio VI),se convirtió en alma de la Reforma eclesiástica de la Iglesia, aún apartado del mundo en oración en Font-Avellano.A veces se vió obligado a interrumpir su soledad en obediencia a algún Papa y así en 1063 viajó a Francia y años después a Rávena,donde logró reconciliar a sus gentes con el Papa.Última empresa que realizó a favor de la Iglesia porque a su regreso a Roma,para informar de los resultados obtenidos,tuvo que detenerse en Faerza donde entregó su alma a Dios a causa de unas fiebres el 22 de febrero de 1072.

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