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miércoles, 16 de septiembre de 2020

JESÚS DIJO (LV): TRABAJOS PUBLICADOS EN MRM.MARUS




 
 





-JESÚS DIJO (L): TRABAJOS PUBLICADOS EN MRM.MARUS (1/7/2020)

 

-JESÚS DIJO AL ESBRIBA: NO ESTAS LEJOS DEL REINO DE DIOS (2/7/2020)

 

-EL PECADO PRESENTE EN LA HISTORIA DEL HOMBRE (4/7/2020)

 

-JESÚS DIJO (LI): RABAJOS PUBLICADOS EN MRM.MARUS (6/7/2020)

 

-LA CRISTIANDAD EN ESTE NUEVO MILENIO (1ª Parte)  (12/7/2020)

 

-JESÚS SE DESPRENDIÓ DE SUS APÓSTOLES Y FUE LLEVADO A LO ALTO  (21/7/2020)

 

 

 

 

(Biblia de Navarra. Ediciones Universidad de Navarra, S.A. <EUNSA> 2008-2009)

 

 

 

LA SALVACIÓN LLEGA CUANDO SE INVOCA AL SEÑOR: SALMO 18(17)

 

”Al maestro de coro. Del Siervo del Señor, David, que dirigió al Señor las palabras del siguiente cántico cuando lo libró de la mano de todos sus enemigos y de la mano de Saúl / Y dijo: Yo te amo, Señor, fortaleza mía / Señor, mi roca, mi fortaleza, mi libertador, mi Dios, mi peña donde me refugio, mi escudo, la fuerza de mi salvación, mi alcázar / Invoco al Señor, digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos / Me rodeaban olas de muerte, me aterraban torrentes Belial, / me envolvían los lazos del seol, me tendían redes de muerte / Pero en mi angustia invoqué al Señor, clamé a mi Dios, y Él escuchó mi voz desde su Templo, y llegó mi grito a sus oídos / La tierra se estremeció y tembló / se removieron las bases de los montes / retemblaron al inflarse su ira”

 

“De su nariz subía humo y de su boca, fuego devorador ascuas flameantes salían de Él / Inclinó los cielos y descendió con las nubes bajos sus pies / Cabalgaba volando sobre / un querubín, y corría veloz sobre las alas del viento / Se envolvió de tinieblas con un velo, y de negro aguacero y densas nubes como toldo / Ante el fulgor de su presencia se disolvieron los nubarrones, el granizo y las ascuas flameantes / El Señor tronaba en los cielos, el Altísimo hacía oír su voz: granizo y ascuas inflamadas / Arrojó sus dardos y los dispersó, los ahuyentó con sus continuos rayos / Entonces aparecieron los lechos de agua y se descubrieron los cimientos del orbe, ante tu bramido, Señor, ante el viento impetuoso de tu nariz / Él extendió su mano desde las alturas, me agarró, me sacó de las aguas profundas”

 

“Me libró de mi enemigo poderoso y de mis adversarios, más fuertes que yo / Ellos me atacaron el día de mi desgracia, pero el Señor fue mi apoyo / Me sacó a espacio abierto, me libró porque me amaba / El Señor retribuye mi justicia, remunera la pureza de mis manos / porque si sigo los caminos del Señor y no reniego de mi Dios / porque me atengo a sus leyes y no rechazo sus mandamientos / sino que le soy íntegro, y me guardo de la culpa / El Señor me remunera según mi inocencia, según la pureza de mis manos ante  sus ojos / Con el fiel, Tú eres fiel; con el íntegro, íntegro / Con el sincero, Tú eres sincero, y con los falso, sagaz / Pues salvas al pueblo humilde y humillas los ojos altaneros / Tú enciendes mi lámpara; Señor, Dios mío, ilumina mis tinieblas”

 

“Contigo soy capaz de atacar a un ejército; con mi Dios soy capaz de asaltar una muralla / El camino de Dios es íntegro, la palabra del Señor, probada a fuego. Él es escudo para los que a Él se acogen / ¿Quién es dios fuera del Señor? ¿Quién roca, fuera de nuestro Dios? / Dios es el que me ciñe de valor y hace íntegro mi camino, / el que me da pies de ciervo y me sostiene firme en las alturas / el que adiestra mis manos en el combate y mis brazos para tensar la ballesta / Tú me pones tu escudo salvador, tu diestra me sostiene tus cuidados me hacen grande / Allanas el suelo bajo mis pasos para que no tropiecen mis pies / Persigo a mis enemigos y les doy alcance, y no torno hasta aniquilarlos / Los golpeo y no pueden levantarse: caen bajo mis pies”

 

“Me ciñes de valor para la guerra, y doblegas a mis adversarios ante mí / Haces volver la espalda a mis enemigos, y exterminas a los que me odian / Ellos piden auxilio, pero nadie los salva, acuden al Señor, pero no hay respuesta / Los trituro como polvo que se lleva el viento, los aplasto como barro de las calles / Tú me libras de las revueltas de la gente, me pones a la cabeza de las naciones: vasallo mío es un pueblo al que no conocía / Me escuchan y me obedecen, los extranjeros me rinden homenaje; / los extranjeros palidecen, y salen temblando de sus refugios / ¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Exaltado sea el Dios de mi salvación! / El Dios que me concede la venganza y me somete los pueblos / Tú me libras de mis enemigos, me exaltas sobre mis agresores, me rescatas del hombre violento / Por eso, ¡Señor!, te alabaré entre las gentes, y cantaré en honor de tu Nombre / Él hace grandes las victorias de su rey y tiene misericordia de su Ungido, de David y su descendencia por siempre”

 

 

 

(Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. Ed. Biblioteca de los autores cristianos 2010)

 

 

ANGUSTIA MORTAL: SALMO 69 (68)

 

“Dios mío, sálvame/ que me llega el agua al cuello: / me estoy hundiendo en un cieno profundo y no puedo hacer pie; he entrado en la hondura del agua, me arrastra la corriente / Estoy agotado de gritar, tengo ronca la garganta; se me nublan los ojos de tanto aguardar a mi Dios / Más que los pelos de mi cabeza son los que me odian sin razón; numerosos los que atacan injustamente. ¿Es que voy a devolver lo que no he robado?”

 

“Dios mío, tú conoces mi ignorancia, no se te ocultan mis delitos / Que por mi causa no queden defraudados los que esperan en ti, Señor, Señor del Universo. Que por mi causa no se avergüencen los que te buscan, Dios de Israel / Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro. Soy un extraño para mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre / Porque me devora el celo de tu Templo, y las afrentas con la que te afrentan caen sobre mí / Cuando me aflijo con ayunos, se burlan de mí / Cuando me visto de sacos, se ríen de mí; sentados a la puerta, cuchichean; mientras beben vino me sacan coplas”

 

“Pero mi oración se dirige a ti,  Señor, el día de tu favor; que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude: arráncame del cieno, que no me hunda; líbrame de los que me aborrecen, y de las aguas sin fondo / Que no me arrastre la corriente, que no me trague el torbellino / que no se cierre la poza sobre mí / Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia; por tu gran compasión, vuélvete hacia mí / no escondas tu rostro a tu siervo: estoy en peligro, respóndeme enseguida. Acércate a mí, rescátame, líbrame de mis enemigos / Estás viendo mi afrenta, mi vergüenza y mi deshonra; a tu vista están los que me acosan / La afrenta me destroza el corazón y desfallezco. Espero compasión, y no la ahí; consoladores y no los encuentro”

 

“En mi comida me echaron hiel, para mi sed me dieron vinagre / Que su mesa se torne una trampa, un castigo y un lazo. Que se nublen sus ojos y no vean y los lomos flaquean sin cesar. Descarga sobre ellos tu furor, que el incendio de tu ira, los alcance. Que su campamento quede desierto y nadie habite en sus tiendas. Porque acosan al que tú heriste y aumentan el dolor al que tú golpeaste. Añade culpa a sus culpas y no accedan a tu justicia. Sean borrados del libro de los vivos y no sean inscritos con los justos. Yo soy un pobre mal herido; Dios mío, tu salvación me levante”

 

“Alabaré el nombre de Dios con cánticos, proclamaré su grandeza con acción de gracias; le agradara a Dios más que un toro, más que un novillo con cuernos y pezuñas. Miradlo, los humildes, y alegraos; buscad al Señor, y revivirá vuestro  corazón. Que el Señor escucha a sus pobres no desprecia a sus cautivos”

 

“Alábenlo el cielo y la tierra, las aguas y cuanto bullen en ellas. Dios salvará a Sión, reconstruirá la ciudad de Judá, y  las habitarán en posesión. La estirpe de sus siervos la heredará, los que aman su nombre vivirán en ella”

 

 



La Santa Biblia. Traducida de los textos originales en equipo bajo la dirección de Dr. Evaristo Nieto; Ed. San Pablo (Madrid)

 

LAMENTO POR LA GENERAL DEPRAVACIÓN: SALMO 14 (13)

 

 

“Al maestro del coro. De David. El insensato dice en su corazón: <Dios no existe>. Todos se han pervertido, todos obran mal. No hay quien obre bien”

 

“El Señor observa desde el cielo a los hombres. Para ver si hay alguno cuerdo que busque a Dios”

 

“Todos están descarriados, en masa pervertidos. No hay nadie que obre bien, ni uno solo”

 

“¿No aprenderán los malvados que devoran a mi pueblo como pan y no invocan el nombre del Señor?”

 

“Pero a su hora temblarán de espanto. Pues el Señor está con la razón de los justos”

 

“Se burlan de la esperanza de los pobres, pero el Señor es su refugio”

 

“¡Ojala venga de Sión  la victoria de Israel! Cuando el Señor reúna a los cautivos de su pueblo, exultará Jacob, se alegrará Israel”

 

 

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