Translate

Translate

martes, 28 de mayo de 2024

EL SEÑOR PERDONA TODOS NUESTROS PECADOS **** SIEMPRE QUE TENGAMOS DOLOR DE CORAZÓN Y PROPOSITO DE ENMIENDA

Como podemos leer en el Catecismo de la Iglesia Católica (impulsado por el Papa San Juan Pablo II)y escrito en orden a la aplicación del Concilio Ecuménico Vaticano II (nº 977-978):" Nuestro Señor vinculó el perdón de los pecados a la fe y al Sacramento del Bautismo. El que crea y sea bautizado se salvará (Mc 16, 15-16). El Bautismo es el primero y principal Sacramento del perdón de los pecados porque nos une a Cristo muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación (Rm 4,25), a fin de *Vivamos también una vida nueva* (Rm 6,4)/ En el momento que hacemos nuestra primera profesión de fe, al recibir el santo Bautismo que nos purifica, es tan pleno el perdón que recibimos, que no queda absolutamente nada por borrar, sea de la falta original, sea de las faltas cometidas por nuestra propia voluntad, ni ninguna pena que sufrir para expiarlas..."
Sin embargo,la gracia del Bautismo no libra a la persona de todas las debilidades de la naturaleza. Al contrario, todavía nosotros tenemos que combatir los movimientos de la concupiscencia que no cesan de llevarnos al mal/ Este combate contra la inclinación al mal: ¿Quién será lo suficientemente valiente y vigilante para evitar toda herida del pecado?"
En consecuencia, había que encontrar una solución a este gravísimo problema que agobiaba a los hombres,por eso,como seguimos leyendo en el Catecismo (Ibid)(nº 979-980):"Era necesario que la Iglesia tuviera el poder de perdonar los pecados;también hacía falta que el Bautismo no fuese para ella el único medio de servirse de la llaves del Reino de los cielos, que había recibido de Jesucristo; era necesario que fuese capaz de perdonar los pecados a todos los penitentes, incluso si hubieran pecado hasta los últimos momentos de su vida/ Por medio del Sacramento de la Penitencia, el bautizado puede reconciliarse con Dios y con la Iglesia:Los Padres de la Iglesia tuvieron razón en llamar a la Penitencia *un bautismo laborioso* (San Gregorio Nac., or 39.17). Para los que han caído después del Bautismo,es necesario para la salvación este Sacramento de la Penitencia (Confesión),como lo es el Bautismo para quienes aún no han sido regenerados (Concilio Ecuménico de Trento: Ds 1672)"
Ciertamente solo Dios perdona el pecado,todo pecado, siempre...Ahora bien,en virtud de su autoridad divina el Hijo de Dios, Nuestro Señor Jesucristo,confirió este poder a los hombres (Jn 20, 21-23),para que lo ejercieran en su nombre;pero no a todos los hombres,sino aquellos pertenecientes al ministerio apostólico,que está encargado del -ministerio del Perdon (Confesión)- .En efecto, como podemos leer en el Catecismo de la Iglesia (Ibid)( nº 1446 y nº 1447):"Cristo instituyó el Sacramento de la Penitencia (Perdón o Confesión)en favor de todos los miembros pecadores de la Iglesia,ante todo para los que, después del Bautismo,hayan caído en el pecado grave,y así hayan perdido la gracia bautismal y lesionado la comunión eclesial.El Sacramento de la Penitencia ofrece a éstos una nueva posibilidad de convertirse y de recuperar la gracia de la justificación. Los Padres de la Iglesia presentan este Sacramento como -la segunda Tabla (de salvación)-,después del naufragio que es la perdida de la gracia" (Tertuliano,paen. 4,2; Ce.de Trento: DS 1542) / A lo largo de los siglos la forma concreta según la cual la Iglesia ha ejercido este poder recibido del Señor ha variado mucho.Durante los primeros siglos, la reconciliación (mediante el sacramento del Perdón o de la Reconciliación) de los cristianos que habían cometido pecados particularmente graves (p.e. Idolatría, homicidio o adulterio),estaba vinculada a una disciplina muy rigurosa,según la cual los penitentes debían hacer penitencia pública por sus pecados...Durante el siglo VII,los misioneros irlandeses,inspirados por la tradición monastica de Oriente, trajeron a Europa continental la práctica -privada- de la Penitencia...El Sacramento (que ha recibido tantos nombres distintos) se realiza desde entonces de una manera más secreta entre el penitente y el sacerdote"
De cualquier forma, debemos tener muy presente que el Sacramento de la Penitencia (Reconciliación, Confesión, Perdón) perdona todos nuestros pecados ,siempre que tengamos dolor de corazón y proposito de enmienda, tal como expone claramente el Catecismo de la Iglesia Católica (Ibid) (nº 1490 y nº 1491): "El movimiento de retorno a Dios,llamado conversión y arrepentimiento,implica un dolor (dolor de corazón), una aversión respecto a los pecados cometidos y el proposito firme de no volver a pecar (proposito de enmienda).../ El Sacramento de la Penitencia está constituido por el conjunto de tres actos realizados por el penitente,y por la absolución del sacerdote. Los actos del penitente son: El arrepentimiento, la Confesión o manifestación de los pecados al sacerdote y el proposito de realizar la reparación y las obras de penitencia"
Sí, Dios perdona siempre, todo...Recordemos,pues, las palabras del Papa san Juan Pablo II en su libro -Cruzando el umbral de la esperanza- (Circulo de Lectores,S.A.;1995):"En Cristo, Dios, ha revelado al mundo que quiere que -todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad (1 Tim 24)...Si Dios desea esto,si Dios por esta causa entrega a Su Hijo, el cual a su vez obra en su Iglesia mediante el Espíritu Santo: ¿Puede el hombre ser condenado,puede ser rechado por Dios?...Desde siempre el problema del infierno ha turbado a los grandes pensadores de la Iglesia,desde el comienzo,desde Origenes,hasta nuestros días: ¿Puede Dios,que ha amado tanto al hombre,permitir que éste lo rechace hasta el punto de querer ser condenado a perennes tormentos?..."
Y sin embargo,las palabras de Cristo son unívocas; en el Evangelio de san Mateo al describir Jesús lo que sucedera en el -Juicio final-, que tendrá lugar durante su segunda venida a la Tierra,llega a decir (Mt 25, 41): "Apartaos de mí, malditos,al fuego eterno preparado para el diablo y sus acólitos". La pregunta que surge ante estas palabras del Señor es: ¿Quienes seran los que llenen el infierno?...El Papa san Juan Pablo II sigue diciendo a este respecto en su libro (Ibid):"La Iglesia nunca se ha pronunciado al respecto.Es un misterio verdaderamente inescrutable entre la santidad de Dios y la conciencia del hombre. El silencio de la Iglesia es,pues,la única posición oportuna del cristiano.También cuando Jesús dice de Judas (el traidor) (Mt 26, 24) que -sería mejor para ese hombre no haber nacido-, la afirmación no puede ser entendida con seguridad en el sentido de una condenación eterna...
Al mismo tiempo,sin embargo, hay algo en la misma conciencia del hombre que reacciona ante la pérdida de una tal perspectiva: ¿El Dios que es Amor no es también Justicia infinita? ¿Puede Él admitir los terribles crimenes,pueden quedar impunes? ¿La pena definitiva no es en cierto modo necesaria para obtener el equilibio moral en la tan intricada historia de la humanidad? ¿Un infierno no es en cierto sentido -la última Tabla de salvación-, para la conciencia moral del hombre?"
Recordemos de nuevo las palabras del Señor (Mt 25, 31-46):"Y cuando venga en gloria el Hijo del hombre, acompañado de todos sus ángeles,entonces se sentará en el trono de su gloria/ Serán congregadas ante él todas las gentes,y separará a unos de otros,como el pastor separa las ovejas de los cabritos/ y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda/ Entonces dirá el rey a los que estén a su derecha :"Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo/Porque tuve hambre y me disteis de comer;tuve sed y me disteis de beber;era peregrino ,y me acogisteis/estaba desnudo y me vestisteis;enfermo y me visitasteis,preso, y vinisteis a verme/ (...) / Entonces dirá también a los que estén a la izquierda:Apartaos de mí, malditos,al fuego eterno,preparado para el diablo y sus acólitos/..."