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sábado, 31 de agosto de 2024

LEON XIII Y SUS CARTAS ENCÍCLICAS ***** SEGUNDA ETAPA

León XIII se vio,desde el principio de su Pontificado,en la necesidad de resolver muchos problemas que habían quedado pendientes a la muerte de su antecesor en el Papado. En este sentido es necesario recordar,por ejemplo,que Bismarck (primer ministro de Prusia; 1815-1898),había expulsado a la mayoría de sus Obispos y había cerrado una multitud de conventos del país. Por otra parte, la III Republica francesa,se había declarado laíca y había expulsado a los jesuitas y a los benedictinos de Francia. Además, el anticlericalismo (animosidad contra todo lo relacionado con el clero) se estaba imponiendo a gran velocidad en todo el mundo. Todos estos problemas estaban presentes en el pensamiento del nuevo Papa León XIII, pero quizas el más inmediato que debía resolver era la unión italiana, que por entonces incluso amenazaba con la posible perdida del Vaticano.
A todo esto, se sumaba el rechazo por una gran parte de la sociedad, de la doctrina cristiana -origen divino del poder-, que de alguna forma siempre se había entendido como un limite infranqueable de la autoridad. El grito más potente que salia del seno de la muchedumbre era: ¡Libertad! . De esta forma,se había llegado a un enfrentamiento entre los que se llamaban progresistas y los que se consideraban conservadores.Para yudar al pueblo de Dios de algun modo,León XIII, decidió de inmediato establecer un diálogo abierto y sincero con todas las partes implicadas y uno de los medios que utilizó, indirecto pero muy eficaz para ello, fueron sus Cartas Encíclicas, algunas de las cuales ,como por ejemplo la famosa -Rerum Novarum-, han sido tomadas como modelo a seguir, por los posteriores ocupantes de la Cátedra de san Pedro. De esta forma, después de una -Primera Etapa- en la que el Papa se propuso llegar a acuerdos compatibles y aceptables por todos los agentes implicados, en la que no consiguio lograr sus propositos totalmente, como era su deseo, decidió pasar a lo que se puede llamar -Segunda Etapa-, en la que trató de profundizar más en las diversas situaciones creadas, ayudandose para ello, como hemos comentado antes, de Cartas Encíclicas. La Primera que público a este respecto es precisamente la -Rerum Novarum- (1891).De esta Encíclica se han dicho muchas cosas, pero lo cierto es que hasta los más aferrimos enemigos del cristianismo, han tenido que reconocer que es un modelo a seguir, para resolver problemas de los trabajadores como por ejemplo:El derecho a una retribución justa, la relación adecuada entre patronos y obreros y hasta el derecho,sin fuera necesario, a una manifestación pública...
Realmente se puede asegurar que esta Carta Encíclica afrontó de forma directa,sin ambiguedades,lo que se ha dado en llamar -cuestión social- .Esta Encíclica no es una mera denuncia de situaciones graves e insostenibles para los trabajadores, sino que propone también las soluciones más correctas y humanas para resolverlas con justicia...El Papa León XIII había comprendido que la vida económica esta llena de intereses contrapuestos y por tanto no es de extrañar que surjan conflictos entre las partes implicadas. De cualquier forma, el afirmaba con claridad en su Encíclica que la superación de estos conflictos no necesita de violencia, pues este no es camino adecuado para llegar a una solución justa.Un razonamiento muy conocido, en este sentido,de este Papa es el siguiente:"Es mal capital,en la cuestión que estamos tratando, suponer que una clase social sea espontáneamente enemiga de la otra,como si la naturaleza humana hubiera dispuesto a los ricos y a los pobres para combatirse mutuamente en un perpetuo duelo. Es esto tan ajeno a la razón y a la verdad,que,por el contrario, es más cierto que como en el cuerpo se ensamblan entre sí los miembros diversos,en donde surgen aquella proporcionada disposición que justamente podría llamarse armónica,así ha dispuesto la naturaleza que,en la sociedad humana, dichas clases gemelas concuerden armónicamente y se ajusten para lograr el equilibrio.
Ambas se necesitan:Ni el capital puede subsistir sin el trabajo,ni el trabajo sin el capital"(RN,14). El Papa León XIII escribió muchas más Cartas en esta segunda Etapa de su Pontificado y así por ejemplo es interesante recordar también la -Santís Cognitum-, que analiza la doble naturaleza de la Iglesia de Cristo (dada en Roma en el año 1896).En ella el santo Padre, entre otras muchas cosas viene a decir que: "Considerada en su forma y en su hermosura nativa,la Iglesia debe tener una acción muy poderosa sobre las almas,y no es apartarse de la verdad decir que este espectáculo puede disipar la ignorancia y desvanecer las ideas falsas y las preocupaciones, sobre todo aquellas que no son hijas de la malicia.Pueden también excitar al amor a la Iglesia, un amor semejante a la caridad,bajo cuyo impulso Jesucristo ha escogido a la Iglesia por su Esposa,rescatándola con su sangre divina,pues Jesucristo amó a la Iglesia y se entregó Él mismo por ella.
Si para volver a esta madre amantisima deben aquellos que no la conocen,o los que cometieron el error de abandonarla, comprar ese retorno,desde luego, no al precio de su sangre(aunque a ese precio la pago Jesús),pero sí el de algunos esfuerzos y trabajos,bien leves por otra parte,verán claramente al menos que esas condiciones no han sido impuestas a los hombres por voluntad humana,sino por orden y voluntad de Dios,y,por tanto,con la ayuda de la gracia celestial,experimentarán por sí mismos la verdad de estas divinas palabras:(Mi yugo es dulce y mi carga ligera) (Mt 11,30).

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