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lunes, 7 de octubre de 2024
LA GUERRA ES UNA CALAMIDAD ***** QUE CONTRADICE EL PROYECTO DE DIOS
En momentos en que como ahora las guerras en distintos puntos de nuestro planeta asolan la faz de la tierra,nos viene a la mente aquellas palabras del Papa Benedicto XVI durante el Angelus, un domingo 22 de julio de 2007:"En estos días de descanso que,gracias a Dios,estoy aquí,en Candore (comunidad de montaña en la región italiana de Véneto),siento aún más intensamente el impacto doloroso de las noticias que llegan sobre los enfrentamientos sangrientos y los episodios de violencia que se están produciendo en muchas partes del mundo.Esto me induce a reflexionar hoy una vez más sobre el drama de la libertad humana en el mundo.La belleza de la naturaleza nos recuerda que Dios nos ha encomendado la misión de -labrar y cuidar-, este jardín que es la tierra (Gn 2, 8-17)...
Cuando los hombre viven en paz con Dios y entre sí,la tierra se asemeja verdaderamente a un paraíso.Por desgracia,el pecado arruina continuamente este proyecto divino,engendrando divisiones e introduciendo la muerte en el mundo. Así sucede que los hombres ceden ante las tentaciones del maligno y se hacen la guerra unos a otros.La consecuencia es que, en este estupendo -jardín-, que es el mundo, se abren espacios de -infierno- . En medio de esta belleza no debemos olvidar las situaciones en las que se encuentran a veces muchos hermanos y hermanas nuestros.
La guerra,con su estela de lutos y destrucciones, desde siempre se considera con razón una calamidad que contradice el proyecto de Dios,el cual ha creado todo para la existencia y, en particular,quiere hacer del género humano una familia. En este momento no puedo por menos que remontarme con el pensamiento a una fecha significativa: El 1 de agosto de 1917,hace exactamente 90 años, mi venerado predecesor,el Papa Benedicto XV dirigió su celebre -Nota a las potencias beligerantes-, solicitándoles que pusieran fin a la -Primera Guerra Mundial- (AAS-1917-417/420)" .
En efecto, Bendicto XV (Giacomo della Chiasa) (1914-1022) comenzó su Pontificado en los inicios de la -Primera Guerra Mundial-, que oficialmente se produjo a causa del asesinato del archiduque Francisco Fernando y de su esposa Sophia Chötek, en Sarajevo, aunque no obstante era evidente que existían otros motivos políticos de más largo alcance que hicieron que los europeos emprendieran una guerra tan larga como dolorosa...El Papa Benedicto XV trató de pararla mediante su Carta Encíclica -Ad Beatissimi-, pero los hombres, incluso los que se consideraban cristianos,no le prestaron la atención debida y siguieron en una confrontación que duro según se dice más de cuatro años y se cobró la muerte 23 millones de vidas.
Este gran Pontifice sufrió mucho por lo que estaba pasando y por la falta de respuesta a su llamada al menos de los creyentes a pesar de que ésta era tan clara y motivante cuando decía:"A los nuestros que se han consagrado a la utilidad común de la causa católica pide hoy la Iglesia otra cosa muy distinta que insistir por más tiempo en cuestiones de las cuales ninguna utilidad se sigue;pide que con todo esfuerzo procuren conservar la fe integra y libre de toda sombra de error siguiendo especialmente las huellas de Aquel a quien Cristo ha constituido guardián e interprete de la verdad. También hay,y no pocos, quienes como dice el Apóstol:*No seguirán la sana doctrina y deseosos de novedades...apartarán los oídos de la verdad para volverlos a las fábulas*...En efecto, orgullosos y engreídos por la gran estima que tienen del entendimiento humano,el cual ciertamente,por permisión divina,ha hecho increíbles progresos en el estudio de la naturaleza,algunos anteponiendo su propio juicio a la autoridad de la Iglesia,llevaron a tal punto su temeridad que no dudaron en medir con su inteligencia aun los misterios secretos de Dios,y cuanto ha revelado, y de acomodarlos a la manera de pensar de estos tiempos..."
Estas palabras de un Papa del siglo pasado nos suenan como muy conocidas: ¿Acaso no es lo que esta sucediendo también hoy en día? Los nuevos conocimientos especialmente en el mundo de las comunicaciones ha hecho que el hombre se sienta capaz de enfrentarse a su mismo Creador...El Papa aclara en su Carta las consecuencias de tan tremendo error (Ibid):"Así se engendraron los monstruosos errores del -Modernismo-, que nuestro Antecesor (en Silla de Pedro) llamó justamente: *Síntesis de todas la herejías*,y condenó solemnemente.Nos, venerables hermanos,renovamos aquí esta condenación en toda su extesión...Queremos por lo tanto que sea respetada aquella Ley de nuestros mayores:*Nihil innovatur nisi quod traditum est* (Nada se innove sino lo que se ha transmitido);lo cual,si por una parte ha de ser observada inviolablemente en las cosas de la fe, por la otra, sin embargo, debe servir de norma para todo aquello que pueda sufrir mutuación,si bien,aún en esto vale generalmente la regla:*Non nova,se noviter* (No cosas nuevas sino de un modo nuevas*".
Son los consejos y advertencias de un Papa del siglo pasado...,pero el modernismo sigue presente, incluso podríamos decir que está de moda, por tanto recordemos estas palabras y tengamos también en cuenta las de un Papa de este siglo, Benedicto XVI cuando decía (Ibid):"La propuesta de la Santa Sede se orientaba y se orienta al futuro de Europa y al mundo,según un proyecto de inspiración cristiana,pero que todos pueden compartir,porque se funda en el derecho de las gentes. Es la misma linea que siguieron los siervos de Dios,Pablo VI y Juan Pablo II,en sus memorables discursos a la Asamblea de las Naciones Unidas, repitiendo en nombre de la Iglesia: ¡Nunca más la guerra!.
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